ESCUELA DE AUTOPROTECCIÓN FEMINISTA ROSA ELVIRA CELY

Autor: María Laura Idárraga

Reúne a más de 4.000 mujeres de diferentes países de Latinoamérica para aprender a defenderse física y mentalmente,  y hacer frente a los abusos y agresiones por parte de los hombres.  También fortalecer su autoestima, la confianza, la seguridad, el autocuidado y la protección colectiva. 

  Lo que comenzó siendo un lugar de encuentro para hablar sobre autoprotección feminista entre amigas, hoy – debido a la pandemia por la covid 19 –  es un espacio virtual donde se reúnen más de 4.000 mujeres de diferentes países de Latinoamérica para aprender a defenderse y hacer frente a los abusos y agresiones por parte de los hombres.   

Xiomara Carvajal, una de las mujeres que conforman la Escuela de Autoprotección Feminista Rosa Elvira Cely en Pereira, no sale del asombro cuando habla de la cantidad de mujeres de diferentes lugares del mundo que se inscribieron a través del formulario para participar en las clases virtuales que se empezaron a promover durante el mes de julio del presente año. 

Afiches de los encuentros promovidos desde febrero de este año.  Primero de manera presencial, luego, una vez decretado el aislamiento, migraron a la virtualidad. 

Fueron en total 4.221 mujeres de diferentes ciudades de Colombia, México, Argentina y Chile, quienes encontraron en estas clases un espacio para aprender sobre feminismo y defensa personal. Y no es para menos, ya que según el informe publicado en 2019 por el US News & World Report, de los mejores países del mundo para ser mujer, Colombia está entre los 10 últimos; ocupando el puesto 72 de una lista de 80 países encuestados. Guatemala aparece en el puesto 75 y México en el 60. 

“Estas cifras son reflejo del miedo que tenemos las mujeres latinas, pues en nuestro continente se encuentran algunos de los países más machistas del mundo, por mayor cantidad de feminicidios cometidos”, explica Carvajal.  

Según informe de 2019 del US News & World Report, de los mejores países del mundo para ser mujer, México y Colombia ocupan el puesto 60 y 72 respectivamente de una lista de 80 países encuestados.

De acuerdo con el Observatorio de Feminicidios de Colombia, en lo que va del año se han registrado 292  feminicidios en el país (42 en enero, 46 en febrero, 42 en marzo, 26 en abril, 31 en mayo, 54 en junio, 50 en julio y 1 en agosto), siendo junio el mes más crítico con 54. Entre enero y julio de 2020, 24 de los feminicidios registrados fueron contra menores de 18 años, 13 de los cuales fueron contra menores de 14 años. La línea 155, manejada por la Policía Nacional, brinda asesoría a mujeres víctimas de violencia. Según los cálculos del Observatorio Colombiano de las Mujeres se han registrado 6.733 llamadas entre el 25 de marzo al 14 de mayo del presente año. 154% más que en 2019. Risaralda además ocupa el puesto 11 entre los departamentos con más número de llamadas. 

“Que todas estas mujeres se hayan registrado por medio de un formulario es evidencia de que estamos perdiendo el miedo y que estamos buscando espacios colectivos para defendernos”, dice Angélica Aguilar, otra de las integrantes de la escuela en Pereira.

Antecedentes e inspiración. 

En Bogotá desde hace cinco años existe la Escuela de Kick Boxing Rosa Elvira Cely, que inicialmente se llamó Escuela Popular de Defensa Personal y era de carácter mixto. Su nombre es un homenaje al caso de Rosa Elvira Cely, que debido al impacto causado por su brutal muerte a manos de un compañero de estudio en el Parque Nacional de Bogotá, derivó en la Ley Rosa: «por la cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo, para garantizar la investigación y sanción de las violencias contra las mujeres por motivos de género y discriminación”.

Dicha ley busca prevenir y erradicar violencias y adoptar estrategias de sensibilización en la sociedad colombiana; garantizando el acceso de las mujeres a una vida libre de violencias que favorezca su desarrollo integral y su bienestar, de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación.

Se reunían para sus entrenamientos en el Parque Nacional de Bogotá, entre las seis y las siete de la noche. Debido a que este era un sitio muy oscuro y solitario, comenzaron a reflexionar sobre lo que significaba: entendieron que era necesario fortalecer y formalizar más el espacio. Hoy es una escuela para todo tipo de mujeres; autónoma, auto gestionada y sin costo, para el entrenamiento y la reflexión sobre el feminismo y el autocuidado.  Y además asesoran a sus compañeras en Pereira. 

 “La escuela inició por la necesidad de crear un espacio donde las mujeres entrenaran para aprender a defenderse de las agresiones que sufren tanto en el espacio público como en el privado, pero además porque entendimos que era importante fortalecer nuestro cuerpo como parte de una formación integral como mujeres”, explica Sybil Sanabria Puerto, integrante de la Escuela de Kick Boxing Rosa Elvira Cely. 

Es una escuela de autodefensa feminista que no solo implica aprender herramientas que permitan a las mujeres defenderse de una situación en la cual su vida esté en peligro, sino también fortalecer su autoestima, la confianza, la seguridad, el autocuidado y la protección colectiva de las personas que las rodean y hacen parte de la escuela. 

“Entendemos que la autodefensa no es la solución a las violencias que vivimos, sin embargo es necesaria como una forma de actuar inmediatamente frente a lo que está pasando. También hablamos de violencia y cuál es nuestra perspectiva frente a ella. Es un espacio donde nos estamos pensando y transformando. No se trata de promover la violencia sino el legítimo derecho que tenemos como mujeres para defendernos frente a todo tipo de agresiones”. 

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas. Las mujeres que han sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental presentan tasas más altas de depresión y más posibilidades de tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han experimentado este tipo de violencia.

Algunas apreciaciones de las estudiantes

Para Valentina Allan, participante de las clases que se realizan virtualmente, la escuela es la oportunidad de empoderar a las mujeres desde el fortalecimiento y la resistencia física, pues lastimosamente vivimos en una sociedad que no se preocupa por el cuidado de la mujer de manera íntegra, por lo que es natural que en diferentes espacios se sientan vulnerables y débiles físicamente.

“Se nos ha enseñado por lo regular que la actividad física se realiza para tonificar o moldear nuestros cuerpos de acuerdo a unos estándares de belleza, pero resulta que en estas clases aprendemos que las mujeres somos fuertes para defendernos y enfrentar situaciones complejas, tanto física como mentalmente”. 

Durante una de las jornadas de entrenamiento realizadas antes de la pandemia en la plazoleta de la Gobernación de Risaralda.

En las clases se conocen las zonas en las que es más efectivo dar un golpe al momento de defenderse y cómo debe hacerse, las formas de cubrir el cuerpo, acondicionamiento físico, trabajo de piernas, golpes básicos, cubrimiento, ganchos, entre otras habilidades.  

“Las mujeres hemos estado alejadas de las confrontaciones físicas, o de ese conocimiento del cuerpo para defendernos; todo esto nos ayuda a tener más certeza a la hora de hacerlo”, dice. 

Reconocer la grave situación por la que atraviesan las mujeres en algunos países de Latinoamérica, así como los peligros de la sociedad, fue el primer paso para buscar espacios seguros y alternativos para ellas, reconocer sus capacidades para romper con ciertos estereotipo sociales frente a su cuerpo.

Debido a la gran cantidad de mujeres registradas, la Escuela tomó la decisión de realizar sus clases desde su cuenta de Facebook, a través de videos en vivo que las mujeres pueden reproducir innumerables veces. La primera clase ya cuenta con 3869 reproducciones y ha sido compartida 70 veces. Se espera que en los próximos meses continúen creciendo no solamente en cantidad de mujeres participantes sino también en cuanto al número de profesoras con formación en enfoque de género y técnicas de Kick Boxing y artes marciales. 

“Esto es un proceso de mujeres para mujeres. Pensar la seguridad de nuestro cuerpo desde un enfoque de formación no solamente físico sino también feminista, donde también se hable sobre sexualidad o empoderamiento y se invite a la reflexión y a cambiar el paradigma de sentirnos expuestas o vulnerables”, finaliza Angélica.

MAPA SONORO DE PEREIRA

Autor: Mauricio Cardona Jiménez 
// IG: @maurocj29

Pereira son sus lugares típicos, personajes extranjeros recibidos como si hubieran nacido acá y gestas cívicas que a lo largo de 157 años le han dado una identidad particular. 

Compartimos sonidos, música, frases y silencios para que la conozcan mejor y puedan viajar  a través de ella de otra manera y  con nuevas experiencias.

Escúchalos preferiblemente en silencio; con audífonos y los ojos cerrados.

La Florida

“Aquí no hay forasteros, todos somos pereiranos”. El artista Martin Alonso Abad Abad calzaba 39 y media 1.72. De niño le hacía feliz tener una bicicleta y unos patines. Luego con los años, le gustaron los chécheres. 

Nació en Jericó, Antioquia, pero Pereira lo adoptó desde que era muy pequeño y con el paso del tiempo llegó a La Florida hasta convertirse en su habitante más querido y conocido.  

Foto: Tomada de Revista Diners
Paisaje sonoro La Florida Pereira

El Páramo

Ubicado en la séptima con 15. Lugar de serenateros y noches de bohemia. Solemos caminar las calles, frecuentamos lugares que antes tuvieron otra dinámica y que con el paso del tiempo permanecen, mutan o desaparecen. 

“Tú eres mi sol, mi dicha y mi tesoro, mi sólo encanto y mi ilusión”. 

Fragmentos de la canción ‘El Aguacate’ del compositor César Guerrero Tamayo en la voz de un músico, que además habla del lugar que hoy en día ocupa lo que antes era el Centro Artístico y Cultural El Páramo en Pereira.

Foto: Archivo La Tarde
Paisaje sonoro, El Páramo en Pereira

Planetario UTP

Las estrellas también están en la universidad, en la gente que estudia y trabaja allí, en su comunidad. Esta es la historia de José Darío Rodríguez Tabares, un ingeniero físico que en épocas de estudiante se fascinó con el cosmos y llegó al Planetario de la UTP. Su vida gira entre constelaciones, su familia y sus pasiones, una de ellas, el fútbol.  

Foto: Archivo UTP
Paisaje sonoro, planetario UTP

Aeropuerto Matecaña

La ciudad desde afuera, desde los diferentes puntos cardinales, también desde arriba, desde los cielos. “Los pereiranos volamos tan alto como nuestros sueños”.

La primera aeronave que aterrizó oficialmente en el Aeropuerto Matecaña lo hizo el 24 de julio de 1947. 

Tenía la siguiente descripción: 

Skytrain C-47 B/D

Propósito: Avión de Transporte

Origen: Estados Unidos

Fabricante: Douglas Aircraft Corp.

Tripulación: Cuatro (4) tripulantes y (28) pasajeros o (21) soldados armados y equipados.

Archivo Álvaro Camacho

La Villa Olímpica

La actividad física es tan vital como apasionante. En este paisaje sonoro traemos un lugar emblemático para los pereiranos y levantado a través del convite ciudadano. 

 “Villa Olímpica haremos en Pereira, moviendo tierra, tal como ayer, cuando a Colombia le entregamos Matecaña, sin fuerza extraña que agradece”. Luis Carlos González Mejía.

Paisaje sonoro, Villa Olímpica

El Rincón Clásico

La primera novia que tuvo Olmedo Ospina Aguirre vivía en la carrera sexta con calle 30. La violencia echó de Santuario, Risaralda, a todos los de sangre roja y por eso vino a parar aquí, al Rincón Clásico de Pereira, en el año 1950. 

“Solo una cosa puede romper el silencio: la música, la poesía o el amor”.

Mapa sonoro, el Rincón Clásico, Pereira

Mauricio Cardona Jiménez

Comunicador Social y Periodista, con estudios en música y una Maestría en Artes. 

“Me apasiona contar historias de personas comunes y corrientes. Me mueven las ondas que gravitan a mí alrededor”. 

Escucha más de su trabajosoundcloud.com/mauricio-cardona-j

PEREIRA, ESA CIUDAD QUE NOS DEVORA POCO A POCO

Autor: Wilmar Ospina Mondragón 
// TW: @wilmar12101

Damos inicio en PlanC a nuestro espacio de ‘Literatura y ciudad’, trazos de la imaginación para entender un poco más el lugar por donde nos movemos día tras día.  En esta primera entrega nos acercamos al concepto de urbe caníbal y su relación con las personas que la habitan.

Todo ser humano es un caníbal a su modo. Sin embargo, hoy, ese caníbal que se devora a otros a mordiscos es mucho más feroz que cualquier hombre. 

Crece descomunalmente, muta de piel, escupe en nuestros rostros, satura de hollín nuestro espíritu y, además, afila sus dientes de acero y sus garras de piedra mientras nos engulle. 

Ese nuevo monstruo antropofágico es la ciudad.

Parece extraño el concepto de la ciudad caníbal porque pensamos, erróneamente, que una urbe es apenas un espacio plagado de calles, zaguanes, avenidas, escondrijos, viviendas y edificio. Pero no es así.

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La metrópoli se hace caníbal, metafóricamente hablando, porque no solo es el escenario donde la lumbre del hogar fulge con el matiz de unos valores instaurados, allí se disponen también otras conductas, acciones y modos de encuentro en los que la deshumanización del hombre es mucho más importante que su propia formación.

Una deshumanización remarcada por los placeres citadinos, por la noche, por las luces de neón, por la música, por las sustancias, por todo aquello a través de lo cual la ciudad nos habita y nos corrompe. 

En sí, ese canibalismo citadino del que hablo, más allá de ser un mordisco y un desangramiento; es una posesión, un soplo divino, un grito que nos exige vivir la vida. 

Cuando la ciudad nos posee comprendemos que el hombre, al igual que el mundo, tiene más cosas que esconder y, en realidad, pocas que mostrar.

Cuando la ciudad nos posee comprendemos que el hombre, al igual que el mundo, tiene más cosas que esconder y, en realidad, pocas que mostrar. La ciudad caníbales es, en el fondo, como un espejismo, una fachada o un sueño

La ciudad caníbal es, en el fondo, como un espejismo, una fachada o un señuelo. Por un lado, nos muestra el desierto, la arena, las dunas, la crudeza del sol; por el otro, nos pone en camino hacia el oasis, hacia el placer, hacia esas conductas censurables que ansiamos, que nos consumen. Placebos que, con el transcurrir de los días, se convierten en conductas altamente adictivas, porque la urbe no te devora de un solo zarpazo; todo lo contrario: te consume poco a poco, porque la ciudad es, en realidad, esa sustancia de la que no podemos escapar.

La urbe caníbal no nos devora la carne, sino las entrañas, los imaginarios, esas necesidades ocultas bajo la piel. 

No es una náusea lo que vislumbro en el canibalismo citadino; lo que hallo es un mundo movedizo, resquebrajado, ahondado en la desesperanza, en la lejanía; en ese cambio de paradigma al que siempre le apuesta el hombre desde la cuerda floja. 

En sí, la metrópoli es un caníbal que nos consume porque la piedra y el metal nos han hecho comprender que la tragedia no reside en la muerte, sino en la imposibilidad de llevar la vida hasta las últimas consecuencias. Lo que demuestra que la ciudad no es un ente momificado, sino un monstruo que nos roe los huesos en la vigilia.

Con este texto de presentación, quiero invitarlos a leer una serie de 5 artículos sobre Pereira y algunos de sus espacios más emblemáticos: el parque La Libertad, La Circunvalar, la carrera sexta, la Plaza de Bolívar y La Florida.  El propósito fundamental consiste en resaltar el valor de los lugares y los no-lugares, y cómo estas zonas por las que deambulamos permanentemente han transformado nuestros imaginarios como habitantes.

EL CLÍTORIS, ESE GRAN DESCONOCIDO

Ana Milena Duque //La Indecente  

No es tan famoso como el pene y por muchísimos años fue rechazado porque no cumplía una labor reproductiva. Incluso, llegó hasta ser mutilado. Sin embargo, en él nace el orgasmo  y se extiende hasta la vagina. 

En materia sexual el clítoris es un completo desconocido porque solo hasta 1.987 lo aceptaron como órgano. Entorno a él gira mucha desinformación y lo más indignante de todo es que solo se le haya reconocido hasta hace 33 años. 

Para comenzar, el clítoris es un órgano exclusivo de las mamíferas y está diseñado únicamente para dar placer, es visible en un 20%, pero debajo de la piel se esconde el 80% restante con más de 8.000 terminaciones nerviosas.

Además de ser un órgano delicado que crece durante la excitación, se puede estimular con lubricantes específicos. La cosmética erótica es una gran aliada y en este caso los juguetes sexuales, en especial los succionadores y las balas vibradoras; son ideales para activar de forma interna y externa la zona, pero en especial para regalar unos buenos multiorgasmos. 

Otro gran aliado para la zona íntima (clítoris, labios y canal vaginal) es un trozo de jengibre sin cáscara. Una vez pelado, puedes sacar su zumo y mojar la zona; eso producirá un leve cosquilleo que estimula poderosamente, y sí lo introduces superficialmente en la vagina por unos minutos, aumentará la sensación placentera.

Y aunque el clítoris no es tan famoso como el pene, porque hace poco se empezó a hablar de su forma, debemos visibilizarlo para cambiar los métodos heteropatriarcales de la enseñanza y esa idea falocentrista de que la sexualidad y el goce femenino están ligados únicamente a la penetración. 

El clítoris no es tan famoso como el pene. Debemos visibilizarlo para cambiar los metodos heteropatriarcales de la enseñanza y esa idea falocentrista de que la sexualidad el goce femenino están ligados únicamente a la penetración

Su estructura cavernosa y su longitud entre 9 y 11 centímetros van cambiando como respuesta a la estimulación táctil. De hecho, por muchísimos años pasó desapercibido entre los estudios y fue rechazado porque no cumplía una labor reproductiva, incluso en algunas culturas es mutilado para obtener control sexual sobre las mujeres  ya que el orgasmo nace en el clítoris y se extiende hasta la vagina.

 A pesar de que siempre nos inculcaron la penetración como finalidad en el sexo, hoy las mujeres le damos un vuelco a nuestra sexualidad y empezamos a prestar real atención a ese botón hecho para llenarnos de gozo. 

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JORGE RESTREPO, UN HEDONISTA DE LA MELODÍA

Vinilocos | Por Ricardo Montoya | Fotografías Jess Ar

Su colección se remonta a unos 8.000 elepés, 10.000 discos compactos y aproximadamente 150 de 78 RPM. Está repartida en distintas habitaciones de su casa y en su taller de lámina y pintura donde suena la buena música durante la jornada laboral.  Los mantiene intactos y suenan lo mejor posible a pesar del polvo y la bulla propios del oficio. 

Golpes suaves de martillo sobre las latas de un vehículo son registrados por el prodigioso oído de Jorge Restrepo, el mismo que le permite conocer  – mejor que con el tacto –  las imperfecciones que debe corregir en su taller de lámina y pintura. 

Ese oído que lo llevó a ser un afinado cantante aficionado, y a identificar rápidamente – y antes que todos –  las voces de los intérpretes que suenan cada jueves en la Tertulia de Patrulla, un bar de músicas de antaño en el sector del parque Gaitán que recibe semanalmente a melómanos de todo tipo y gusto para compartir y hablar de sus discos.

Foto: Archivo particular | Jorge Restrepo, en uno de los tantos encuentros de coleccionistas a los que asiste. Siempre con su libreta en mano.

Estudió canto, dibujo y pintura, formación que le ha dado una profunda sensibilidad artística. 

A los 15 años llegó a Pereira desde su natal Bello, eran los días dorados de la radio. Oía los programas musicales, anotaba el nombre de las canciones que más le gustaban para luego ir en busca de los discos donde estaban registradas, aunque en esa época no tenía equipo para escucharlos. Pero acudía a casa de un tío paterno, coleccionista veterano de elepés, quién le permitía disfrutar de esos discos que iba consiguiendo.  

El primer equipo que compró tenía un amplificador “hechizo”, sin embargo no fue impedimento para disfrutar con sus amigos lo que había acumulado en unos cuantos años. Fue en una de esas reuniones que decidió ser coleccionista. Empezó a clasificar sus discos, a limpiarlos frecuentemente y  hacerles mantenimiento. También comenzó a estudiar a sus intérpretes preferidos. 

Foto: Jess Ar | Jorge Restrepo, en su casa, montando elepés al tocadiscos, una pasión que lo ha acompañado desde muy joven.

Sus preferencias musicales se han dado por etapas: inicialmente fueron las rancheras, luego los tangos y finalmente, lo que él ha llamado, música variada; y en la que incluye boleros, pasillos ecuatorianos, andina colombiana y un largo etcétera. 

Se caracteriza por ser polémico, no traga entero y controvierte afirmaciones que se hacen sin pruebas sobre, por ejemplo, grabaciones “originales” que no resultan ser tan así. Como todo coleccionista, siente gran satisfacción cuando consigue un disco largamente perseguido, pero se pone de muy mal genio cuando le sale con imperfecciones por más mínimas que sean. Cada vez que consigue uno lo escucha y lo disfruta por más viejo y raro que sea,  no es solamente un objeto más para acumular. 

Es un completo hedonista de la melodía, no soporta el mal sonido en una audición, sea por defecto del equipo o del disco, pero también cuando no se logra entender lo cantado, ya sea por mala vocalización del cantante o porque son grabaciones muy deterioradas. En eso se ha caracterizado, en el disfrute pleno de la música bajo cualquier circunstancia.  

 Foto: Jess Ar En su taller de lámina y pintura no falta la música. Siempre llega con  nuevos elepés desde su casa, para hacer más llevaderas las extensas y agoradoras jornadas laborales.  

Entre sus satisfacciones recuerda haber encontrado, después de años de buscarlo, el álbum 12 hits, 7 superastros. Lo halló en Pereira entre la mercancía de Cuervo, un vendedor callejero de discos, y lo mejor: por sólo 1.500 pesos. También persiguió mucho tiempo La calesita se destrozó de Enrique Rodríguez, en la voz de Roberto Flores, y actualmente posee como 10 ejemplares del mismo. En ese mercado callejero llegó a pagar 100.000 pesos por un LP de Tony Pizarro y en 2.008, unos 180.000, por otro disco de Enrique Rodríguez. 

Gracias a su colección de 78 RPM, Jorge es desde hace muchos años habitual participante en los Encuentros Nacionales que organizan en diferentes partes del país los coleccionistas de discos en este formato

Prefiere los discos de pasta, pero si no es posible tener el que le gusta así, lo consigue en cualquier otro formato, mientras sigue buscando sin cansancio la edición en vinilo. 

Muchos de sus discos de 78 RPM los perdió cuando su primera esposa los botó, calamidad a la que están expuestos muchos coleccionistas, aún en vida. Con unos pocos que le quedaron, se sintió en capacidad de participar en uno de los Encuentros de Coleccionistas de discos de 78 RPM que se realizan en Envigado. No conocía la dinámica del evento  y cuando lo llamaron llegó la decepción y la vergüenza, al ser rechazado porque el disco tenía un casi imperceptible rayón. No se dio por vencido y siguió asistiendo, hoy en día es habitual participante en los Encuentros Nacionales que organizan en diferentes partes del país los coleccionistas de discos de 78 revoluciones por minuto. 

Foto: Jess Ar | Jorge Restrepo en una de las habitaciones de su casa, ocupada completamente por discos de todo tipo, formato y género musical.

Su colección se remonta a unos 8.000 elepés, 10.000 discos compactos y aproximadamente 150 de 78 RPM. Está repartida en distintas habitaciones de su casa y en su taller, donde suena la buena música durante su jornada laboral. Los mantiene intactos y suenan lo mejor posible a pesar del polvo y la bulla propios del oficio. Un ritual que durante años lo ha identificado entre los coleccionista más apreciados de la ciudad.   

En 2018 Ricardo Montoya fue ganador de la convocatoria municipal de Estímulos de la Secretaría de Cultura de Pereira con el trabajo Acetatos y vinilos: colecciones para la historia. Muchas de esas historias de vendedores, coleccionistas y lugares donde este formato musical es el protagonista hacen parte de nuestra sección Vinilocos. 

¿QUÉ TAN BUENA IDEA ES EXTIRPAR EL ÚTERO?

Ana Milena Duque //La Indecente  

Debemos entender que una vez efectuado el procedimiento se duplican los riesgos, con efectos colaterales para la salud física y mental. Por eso recomiendo entrar en materia y leer un poco más antes de decidir. Nuestro organismo siempre requiere de autocuidados y atención.  

He venido escuchando de algunas mujeres la práctica de la histerectomía como tratamiento médico para los sangrados abundantes, pero la verdad es que pensar en la extirpación parcial o total del útero me genera un poco de miedo.

Me pregunto: ¿cuál será la necesidad de suprimir un órgano, cortar un proceso y desconocer sus efectos? Ya es otra la historia cuando por una necesidad vital requerimos su extirpación, es decir, por un cáncer qué comprometa el bienestar de la persona o por alguna complicación mayor como endometriosisprolapso uterino o fibromas, y que solo apunten a esta opción. 

No solamente hay que evaluar los pro y los contra, sino entender que tras efectuado el procedimiento se duplica el riesgo de un prolapso vaginal, se afecta la respuesta sexual, puede aparecer la incontinencia y reducirse la capacidad de alcanzar el orgasmo, entre otras cosas más. Por eso recomiendo entrar en materia y leer un poco más antes de decidir.

En algunos casos el procedimiento puede ser necesario. Hay dos tipos de acuerdo a los síntomas y dolencias a corregir. 

La extirpación parcial, por ejemplo, se refiere a aquella que deja el cuello del útero y también los ovarios, pero se deshace del útero. Generalmente este procedimiento puede permitir la reparación natural del periodo porque no altera las hormonas y no es tan radical con el cuerpo. 

Por otro lado tenemos la histerectomía total, aquella que extirpa completamente el útero, el cuello del útero y los ovarios, causando una menopausia quirúrgica inmediata, la cual puede aumentar el riesgo de depresión, enfermedades del corazón y otras complicaciones en huesos y articulaciones. Incluso pueden presentarse efectos adversos a largo plazo sobre la función de la vejiga, siendo muy desalentador el resultado debido al desconocimiento en general.

La clínica mayo en Estados Unidos en una reciente investigación (2019) concluyó que quién se realice el procedimiento puede tener efectos colaterales a su salud física y mental. Desde verse afectada la capacidad para orinar hasta la complicación total para llegar orgasmo

Lo cierto es que nuestros cuerpos han sido tratados como ratones de laboratorio, aún seguimos usando medicamentos que se inventaron en los años 50, cuando todavía no se investigaba sobre el ciclo menstrual y se desconocía que tras una histerectomía puede presentarse entumecimiento genital o afectarse la capacidad para pasar la orina mientras el tejido está sanando. 

La clínica mayo en Estados Unidos en una reciente investigación (2019) concluyó qué quién se realice el procedimiento puede traer efectos colaterales a su salud física y mental, porque las complicaciones tras las seis semanas después de la operación se pueden ir presentando en los primeros años.

Por eso aquella persona que se someta a una histerectomía debe entender que vivirá un proceso de muchos cambios porque ya no puede embarazarse, no tendrá periodos menstruales y su vida sexual se puede ver afectada, sobre todo si no se espera el tiempo prudencial (3 meses) para una correcta sanción del tejido interno y externo. 

Lo importante en nuestro cuerpo es atenderlo, investigar curiosamente cualquier desequilibrio del ciclo, recalcular la ruta para volver a nuestro centro y entender que los síntomas que sufre el organismo están apuntando a un foco de atención, que sí o sí requiere de autocuidados.

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LAS ALAS ROTAS DE “EL HALCÓN MALTÉS”

Autor: Gustavo Colorado Grisales 

Fue un hombre convencido de que se debe vivir como se piensa o no pensar en absoluto. Gustavo Colorado Grisales nos invita en esta ocasión a conocer un apasionante libro que nos revela la vida y obra del escritor norteamericano. 

En el año de 1530 los Caballeros de la Orden de Malta le regalan al emperador Carlos V una estatuilla con forma de halcón que, según la leyenda, contenía en su interior una o varias piedras preciosas.

Igual que hoy, así  se jugaba al poder político en esos tiempos.

Cuatro siglos después, en la soleada  San Francisco, el detective Sam Spade le sigue el rastro a una  banda de forajidos que a su vez  persiguen la pista de la joya.

Como bien sabemos, El Halcón Maltés es la más celebrada novela del escritor norteamericano Dashiell Hammet. La  obra fue llevada al cine por John Houston en 1941,  en plena  Segunda Guerra Mundial.

Escena de la película de John Huston “El Halcón Maltés”

El poderoso efectismo del cine hizo que desde entonces asociemos a Sam Spade con el rostro inteligente, duro  y cínico del actor Humphrey Bogart.

Pero Sam Spade es mucho más que eso: es el símbolo de una época en la que las ilusiones de progreso incesante, gestadas desde el  Renacimiento y apuntaladas  por la Revolución Industrial se venían abajo.

Entre una guerra mundial  y otra se produjo el desastre económico de los años treinta y se abrieron las puertas para que a la alegre y despreocupada década del veinte le sucediera un encadenamiento de pesadillas que ya no  tendría fin.

El sueño americano resultaría ser tan  seductor, elusivo y frágil como  El  Halcón Maltés.

Pero ¿Quién fue este Dashiell  Hammet?

A revelarnos sus múltiples rostros dedica la escritora Diane Johnson las cuatrocientas páginas de su libro Dashiell Hammet, Biografía, publicado en español por Seix Barral en 1985.

Portada del libro “Dashiell Hammet, Biografía”, publicado en 1985 por Diane Johnson.

Autora a su vez de cinco novelas, Johnson  se consagró a escudriñar en la vida  y obra de Hammet  con  agudeza y paciencia dignas del mismo Spade.

Desde los días de infancia del escritor, los conflictos con su padre y su permanente persecución de un algo que siempre se le escapa de las  manos, Diane Johnson teje una trama que muy pronto trasciende los modelos de la  biografía convencional para  adentrarse en un universo que es a la vez el de la mente de Hammet, lúcida y atormentada, y el estado de conciencia de un país poseído por la corrupción y asediado por el fantasma del comunismo.

El mismo fantasma  que anunciaran Marx y Engels en su célebre Manifiesto Comunista.

Como Spade, Dashiell Hammet fue  un hombre convencido de que se debe vivir como se piensa o no pensar en absoluto.

Por eso,  su  biógrafa nos lo muestra paladeando las delicias de su éxito como escritor y guionista de cine, al tiempo que se enfrenta sin miedo a la cacería de brujas desatada por el Comité Nacional para las Actividades Antiamericanas, que acabaría llevándolo a la cárcel durante una temporada.

Eran los días más duros del maccarthysmo.

Algunos personajes de sus novelas y cuentos dejan ver esa característica de la personalidad de Hammet: su irrenunciable vocación de ser coherente, sus convicciones políticas y su voluntad de mantenerse honrado en un mundo que olía a podrido por todas partes.

El escritor norteamericano Dashiell Hammet, Icono de la novela negra y policíaca.

Para documentarse a fondo, Diane Johnson  habló con  la ex esposa del autor, con sus hijas, colegas, antiguos compañeros de Hollywood, camaradas de luchas políticas y vecinos.

Consultó además antiguos archivos, sobre todo los de los juicios que se le siguieron y eso le permitió aproximarse a los sentimientos del americano promedio durante esos días de  paranoia en los que,  como en cualquier Estado totalitario, el vecino que compartía la cena con uno la noche anterior era capaz de denunciarlo ante el todopoderoso FBI a la mañana siguiente.

De sus tiempos tempranos como detective de la agencia Pinkerton, Hammet aprendió dos cosas que ya no lo abandonarían: que frente a los embates del poder la vida humana vale menos que nada y que detrás de las vidas en apariencia exitosas alienta siempre esa clase de sordidez que es la expresión más humana del sinsentido de todo.

Es decir, la misma clase de certezas que deja entrever un autor como Albert Camus en todas  sus  obras.

Esa desconfianza  en el mundo hizo que a  Hammet  no le importaran ni el dinero ni la gloria.

Por eso, cuando los alcanzó, los dilapidó a manos llenas hasta volver a la pobreza y el anonimato iniciales.

Para él esa vuelta al camino constituía la única forma posible de redención.

Portada del libro “El Halcón Maltés”, publicada en 1930 por Dashiell Hammet.

Nunca le importó si ese viaje implicaba ahogarse en litros de alcohol o perderse en el mundo sin ilusiones y por eso mismo tan sincero de las putas.

Al final el libro de Diane Jonhson nos muestra a Hammet agonizando en su cama de hospital, mientras la leal y estoica Lillian Hellman, escritora, amante y amiga del novelista lo ve contemplar con horror el rostro de la nada.

Con las alas ya del todo rotas, El Halcón Maltés alcanzaba  finalmente un  instante de sosiego.

Tomado de: miblog-acido.blogspot.com

¿QUÉ TE HACE EL ESTRÉS?

Ana Milena Duque //La Indecente  

Cuando el sistema sensorial detecta peligro secreta mucha adrenalina, lo cual se traduce en estrés, lo irónico es que ya no necesitas huir de un león como pasaba siglos atrás para producir cortisol, los estímulos estresantes de la actualidad están relacionados con los problemas de dinero, las familias infelices, y meses y años de agotamiento laboral acumulado. 

 Seguramente ya sabes que el estrés es el gran enemigo del ser humano, es posible que lo hayas escuchado en noticieros y centros de salud, y la verdad es que decidí abrirle campo al tema con más profundidad. 

Cabe resaltar que desde la salud menstrual, el estrés trae consecuencias negativas para el cuerpo femenino; altera el ciclo y produce inflamación, pero lo que pude encontrar más allá del género me dejó muy sorprendida porque su efecto es completamente nocivo para el organismo humano, generando grandes cambios en hombres y mujeres. Así que vamos a ver con qué nos estamos enfrentando realmente.

Entremos en materia. Resulta que 40 años atrás las investigaciones médicas apuntaban a que el estrés disminuía el sistema inmune, tanto que de hecho en cualquier tipo de trasplante, se coloca al organismo bajo el efecto de las hormonas del estrés para proceder y evitar cualquier rechazo del órgano trasplantado, ya que así es más fácil la adaptación al nuevo cuerpo.

La mejor manera de superar el estrés involucra mantener el control sobre tu vida y realizar desde casa algunas actividades como: meditación, practicar yoga o ejercicios de respiración, dormir bien, mantener descansada y hacer actividad física.

Una de las grandes dificultades con las que se enfrenta el ser humano radica en detectar cuando se experimenta estrés, aunque la medición del cortisol es una herramienta usada para ello, no hay una fórmula exacta que indique su presencia. 

Acá te muestro tres indicadores que sirven de alerta:

1 * Excitación fisiológica medible

2 * Sensación de que el estímulo es aversivo

3 * Perder el control frente al estímulo

Cuando el sistema sensorial detecta peligro secreta mucha adrenalina, lo cual se traduce en estrés, lo irónico es que ya no necesitas huir de un león como pasaba siglos atrás para producir cortisol, los estímulos estresantes de la actualidad están relacionados con los problemas de dinero, las familias infelices, y meses y años de agotamiento laboral acumulado

Así que el estrés genera ondas irregulares que van desde el corazón hasta el cerebro y cambian la química, haciendo que nuestro cuerpo entre en estado de resistencia, lo cual afecta la sangre, se cambia el pH y genera acidez, que se resume en inflamación y va quemando el cuerpo lentamente.

Entonces la alta exposición de cortisol, dificulta el aprendizaje, la memoria y va lastimando el hipocampo. Por eso la mejor manera de superar el estrés involucra mantener el control sobre tu vida. 

Gracias a algunos métodos como la meditación, mantener fuerte los lazos familiares, reírse de la vida, practicar yoga o ejercicios de respiración, dormir bien, mantener descansada y hacer actividad física, van a reducir significativamente los niveles de cortisol y mejorarán definitivamente tu estilo de vida.

Ahora que ya sabes qué le hace el estrés a tú cuerpo, ¿cómo eliges cuidarlo?

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«PREFERIRÍA NO HACERLO»

AUTOR: Gustavo Colorado Grisales  

Gustavo Colorado Grisales nos invita en esta ocasión a conocer uno de los escritores uruguayos más importantes de los últimos tiempos, Mario Levrero y su libro “La novela luminosa”, una especie de ¿Diario? ¿Novela?  que confronta al escritor con su propio oficio.

Comprimido entre Brasil, Argentina, el Río de la Plata y el Océano Atlántico, Uruguay es  el país donde nacieron dos grandes escritores que nos interesan de manera especial para este asunto: Felisberto Hernández y  Juan Carlos Onetti.

Más bien ignorado por la crítica y los lectores el primero. Reconocido y consagrado el segundo, ambos son autores de una obra narrativa que, aunque disímil, a poco que uno se adentra en sus páginas encuentra un elemento común: las dos están habitadas por unos personajes fantasmagóricos que no alcanzan a asirse del todo a las anclas de  la realidad.

Felisberto Hernández.
Juan Carlos Onetti.

La  novela La casa inundada y el libro de cuentos Nadie encendía las lámparas, de Felisberto, narran historias que nunca se desanudan, porque los personajes jamás acaban de existir del todo. Es como  si alentaran la idea- ya que no la esperanza- de que al otro lado del mundo los aguarda la mano que acabará de completarlos.

Algo parecido pasa con esos hombres y mujeres que  van y vienen por un pueblo fantasma llamado Santa  María, creado por Onetti a modo de albergue provisional para sus criaturas.

De algún modo, participan de la condición difusa de ese Bartleby creado por Herman Melville, un hombre en apariencia oscuro, pero en realidad poseído por la lucidez absoluta, al punto de que prefiere replegarse en una negativa a participar en los negocios del mundo. Cuanto más importantes parecen, más vacíos de sentido se revelan antes sus ojos.

Por  eso, ante las seducciones del mundo y las imposiciones del poder, siempre se las arregla para responder: “Preferiría no hacerlo”.

Portada del libro La novela luminosa

De  esa materia está hecho el libro  La novela luminosa,  del también uruguayo  Mario Levrero, nacido en Montevideo en  1940 y muerto en la misma ciudad en 2004.

Para empezar, nunca sabremos si se trata de un diario  personal que simula ser una novela o de una ficción construida con la estructura de un diario.

El Levrero  personaje y el  Levrero escritor plantean de entrada el primer acertijo: ¿Quién narra?

De cualquier manera, las dos terceras partes de la obra son el recuento diario de las dificultades para vivir y para escribir un libro.

La última es  La novela luminosa propiamente dicha.

Para dejar las cosas claras- si tal cosa es posible en este libro pleno de equívocos intencionados- el autor nos advierte en el Prefacio Histórico a La novela Luminosa:

“Yo tenía razón: la tarea es y será imposible. Hay cosas que no se pueden narrar. Todo este libro es el testimonio de un gran fracaso. El sistema de crear un entorno para cada hecho luminoso que quería narrar, me llevó por caminos más bien oscuros  y aun tenebrosos. Viví en el proceso innumerables catarsis, recuperé cantidad de fragmentos  míos que se me habían enterrado en el inconsciente, pude llorar algo de lo  que había debido llorar mucho tiempo antes, y fue sin duda para mí una experiencia notable. Leer eso, sigue siendo para mí removedor y aun terapéutico. Pero los hechos luminosos, al ser narrados, dejan de ser luminosos, decepcionan, suenan triviales. No son accesibles  a la literatura, o por  lo menos a mi literatura.”

Ya lo había dicho el poeta, refiriéndose al rapto amoroso: “Al penetrar en la sagrada esencia del misterio, lo único que hacemos es matarlo”.

¿Por qué escribe, entonces? Se preguntará el lector.

Por la misma razón invocada por los hombres a lo largo de los siglos: porque la vida está hecha de  una materia tan vaga que solo el relato puede darle alguna forma.

El escritor Mario Levrero

Igual que Bartleby, el autor del diario y de  la novela, preferiría no hacerlo y dedicarse a otras cosas: al vicio de la computadora que lo tiene enganchado con sus señuelos sin cuento. A la lectura de novelas policiacas baratas. A las pastillas tranquilizantes. Al análisis de sus sueños en una surte de  parodia del sicoanálisis. A la búsqueda de un aparato de aire acondicionado que le permita sobrevivir al verano. A la observación de la conducta de las hormigas y las palomas. Al fantaseo sexual con mujeres  deseadas que lo compadecen y, de paso, lo castigan con la más pavorosa de las formas de indiferencia femenina: la amistad.

Tiene, además, razones mundanas: ha sido beneficiado con una beca de la John Simon Guggenheim Foundation y tiene que cumplir con la entrega.

Por eso, la primera parte de la obra lleva el título de El diario de la beca. En sus páginas pretende consignar lo que la gente suele llamar Todo. Es decir, los múltiples rostros de la nada. Entre esos rostros están los amigos y las mujeres. Las  amadas, las olvidadas y las que nunca llegarán.

Las que solo se insinúan a través de las experiencias luminosas. Es decir de los pliegues del sueño. Allí donde habita lo que no somos.

Existen muchos nombres para esas experiencias: milagros, visiones, revelaciones, Dios.

En su tarea el autor del diario parece a ratos un entomólogo o uno de  esos  investigadores que coleccionan hojas de plantas en un herbario. En  todas las circunstancias, el principal objeto de estudio es él mismo.

La urdimbre infinita de sus máscaras.

De esa manera, prepara el terreno que le permite llegar, fatigado  y torpe,  a la escritura luminosa: el intento fallido de narrar sus encuentros con el milagro: el fulgor de unos ojos verdes, las avecillas que revolotean al otro lado de la muerte. La ternura de una prostituta. El sexo más allá del sexo intuido por los sabios de oriente. Un libro que se lee una y otra vez sin alcanzar nunca su final.

Es decir, el borde de lo inefable.

Ante lo inabarcable,  quedan los tópicos. Algunos críticos han querido encontrar un parentesco con Kafka.

La fórmula es fácil y, por lo tanto, seductora.

Pero sería simplificar demasiado.  Después de todo,  Levrero propone un laberinto. No fórmulas para salir del laberinto.

El escritor Mario Levrero

Por eso su gran metáfora, como  en toda la gran literatura contemporánea, es la ciudad. Su procesión de fantasmas que  van y  vienen sin saber si están vivos o muertos.

Así lo deja saber en un párrafo que funciona a modo de ajuste de cuentas:

“Pero también en aquel tiempo odiaba, a menudo, la ciudad; y era, aunque no supiera explicarlo, otra clase de odio. Tal vez el odio o el rencor del que ama y no es amado; la ciudad no tenía  un lugar para mí, era hermosa y ajena. No era esta ciudad que, hasta hace poco, nos iba acorralando como una fiera desesperada, cubierta de heridas y desgarrones, azuzada y destrozada por fuerzas maléficas; ni esta ciudad de hoy, que miramos con la ternura  con que se mira a una mujer enferma, a una mujer herida, a una mujer, quién sabe, con los dolores del parto.”

Hermosa y ajena como la ciudad: así es esta  ¿Novela? ¿Diario? De Mario Levrero, que viene a sumarse a la desazón rediviva cada vez que nos asomamos  a los relatos de sus compatriotas Felisberto y Onetti. 

Tomado de: miblog-acido.blogspot.com

LOS VASOS SILBANTES

AUTOR: PlanC

Como parte de nuestro espacio #PereiraTambiénCrea, nuevamente los invitamos a conocer y degustar de lo mejor de las letras pereiranas. En esta ocasión, un poemario publicado en 2015 que nos recuerda esos versos concebidos a la antigua usanza.

“Los vasos silbantes y otros poemas es un libro con una propuesta interesante que tanto reside en el lenguaje que utiliza como en su temática. Una poesía de versos cortos a veces con un juego expresivo que toca el hermetismo y que, por la utilización de cierta métrica y cierto léxico, recuerda a León de Greiff. Esto sucede, particularmente, en la primera parte titulada “Los vasos silbantes”. En cuanto a la temática, esta gira en torno a las labores del poeta, a sus inquietudes y sus búsquedas y rememoraciones ocurridas en lugares a veces identificables de la geografía nacional. 

Escepticismo y humor airean favorablemente a los poemas. Brevedad y contundencia, nostálgica rememoración de un pasado que no es grandilocuente ni exclamativa, ni mucho menos sensiblera, sino que está cargada de una leve ironía y un lirismo acertado. 

Un libro que se enmarca en las nuevas búsquedas de la poesía colombiana actual y que tiene, de igual modo, un anclaje en la tradición que viene de la poesía de Los Nuevos y de la Generación Desencantada.”. Pablo Montoya, del prefacio. 

El libro fue presentado en la Feria del Libro de la Cámara de Comercio de Pereira, en el Café Literario Amélie y en el Taller de Poesía de Comfamiliar Risaralda. Se puede adquirir en las librerías Roma y Centro Cultural de Pereira. 

Los vasos silbantes 

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco 

Poesía 

2015

Pereira

Editorial Jirafa Enana 

Páginas: 74

Esta tarde que envejece
como una fruta vieja
lenta expira una espuma de murmullos

Sólo el ansia
imperturbable
alzará su ceño antiguo,
cansado, inagotable.

Comprás libros como un profesor,
almorzás en restaurante a diario como
si tuvieras sueldo tiempo completo;
te ponés gorra de jubilado
y dormís, vivís, bebés y fumás como
un solterón o un viudo.

Escribís como un nobel póstumo,
soñás como se sueña en la ingenua
Infancia, te reís como un cínico muy rico
que aunque acechado y consumido
tuviera una guerrilla personal,
galán de novatos,
sofista de tiempo espectacular,

que tu saber oracular
te lleve a la tumba pronto
pues no queda más que un tonto
al cual urdir y timar,

tu otro yo.

En tus ojos
puedo leer los caminos
de mis manos.

Calle 13

Era un espacio apacible entre los ruidos,
pozo sin fondo, rincón sin sombras,
y en el centro una escultura de silencios.

Allí rebotaron los cauchos de las bicicletas infantiles,
corrieron los primeros pasos de los últimos hijos
y no pocas parejas de amantes se soltaron de las
manos
para mirarse de frente.

En un amanecer intempestivo
corrió la sangre por los resquicios
de las losas gastadas, ella se mezcló con el vómito,
el horín y el ollín de la ciudad
y llegó la noche.

Nueve 

Esa librería que existía en tu recuerdo
ya no está.
El restaurante donde alguna vez cenaste
en compañía de alguien a quien mirabas a los ojos
volvió a ser un garaje.

La casa de tus abuelos
En sus bases germina la humedad
como una maldición
y las sombras de las tías
se convirtieron en cazadoras de goteras.

Voz de las aguas mansas

Cómo me pides que corra
viéndome aquí
con las venas abiertas.

Reseña

“Vamos por nuestro cuerpo como quien conduce una nave al garete en un laberinto que somos nosotros mismos. Afuera palpita el mundo, sordo y mudo hasta que una palabra, un signo, le da cuenta de quienes lo habitan: hombres, piedras, bestias.

En las grandes tradiciones, el poeta es el encargado de decir la primera palabra, de lanzar la señal para iniciar —reiniciar— el diálogo perdido entre el mundo y sus criaturas. Esa es su tarea desde el comienzo de los tiempos. Pero con bastante frecuencia, el encargado de mantener vivo ese fuego olvida que la poesía es un medio, no un fin, y se pierde en la contemplación de sus propias destrezas: Narciso asediado por los resplandores de su belleza. La poesía deviene así artificio de joyero.

Justo en ese momento el poeta sabe que es hora de lanzarse a las calles, para recuperar entre el vocinglerío la exacta dosis de silencio que le da sentido al poema. Buen cronista como es, Gustavo Acosta tiene oído de músico callejero y emprende la tarea como mandan los cánones: sin prisa pero sin pausa.

El resultado es un breve poemario de setenta y cuatro páginas titulado Los vasos silbantes, en el que, entre otras cosas, se ocupa de tres asuntos: lo frágil, lo blando y la extrañeza. Somos pájaros de cristal que aletean entre las rocas de un acantilado. De esa experiencia surge la noción de extrañeza: podemos desintegrarnos al menor descuido. 

Esa misma condición nos hace osados: si de todas maneras hemos de hacernos añicos, bien vale la pena emprender el vuelo. Por eso mismo: “Los huesos de un solitario deberían / ser enterrados en el sitio de sus angustias. / A qué agravar la maldición trasladándolo”, se lee en uno de los versos. Si asumió su condición de expatriado, es decir, de algo frágil, blando y extraño, un hombre deberá aceptar su destino hasta el final.” Gustavo Colorado Grisales.

Leer reseña completa: miblog-acido.blogspot.com/2015/11/entre-una-luna-y-la-siguiente.html 

El autor

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco (Pereira, 1974) es cronista, editor, traductor y docente. Realizó estudios de Filosofía en la Universidad de Antioquia y de Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Fue editor de contenidos de los periódicos Pulso y La Tarde de Pereira – del último posteriormente fue redactor de Especiales – , y  cofundador de la Corporación Ciudad Latente. Textos suyos han sido publicados en los tabloides La Hoja y Gente (Medellín), Ciudad Cultural (Pereira), y en las revistas Comfamiliar Risaralda, Odradek – El Cuento y Folios (Universidad de Antioquia), entre otras publicaciones. Ha publicado los libros “Fantasías, epigramas, ilusiones” (ensayo), “Antología impersonal 1994-2009” (poesía), “Crónicas, perfiles y entrevistas”“Sexta generación y otros cuentos” (2010)  “La dieta de la hiena” (2013) y “Un pacto con el diablo” (2016) en el marco del 44 Salón Nacional de Artistas (Aún), reeditado en 2018 por  El Peregrino Ediciones bajo el título “Pacto con el diablo. Los hermanos de la sombra”. Fue editor del libro “Historia de Pereira 150 años” (2013), publicado por el periódico La Tarde y la Academia Pereirana de Historia.