EL MUSEO LUCY TEJADA ABRIÓ SUS PUERTAS

Por Mauricio Gómez Ossa

Si para algo debe servir una institución cultural de una ciudad es para hacer cosas bonitas que nos involucren a todos, para producir con la ciudadanía momentos emocionantes, lugares de encuentro edificantes, de reconocimiento y elevación estética. Varios hechos recientes de la actual Secretaría de Cultura de Pereira así lo demuestran, pero sin duda, la apertura del Museo Lucy Tejada resulta el más  significativo de todos.

¨Es muy interesante reunir ahora unos cuadros de las épocas porque esto trae toda la memoria de lo que se hacía, del estilo en ese momento. Hace que uno regrese, que uno piense en esta época y en lo que había, en lo que se estaba haciendo y en la importancia de todas esas cosas, aunque me es difícil recordar, en realidad. Es traer a la memoria todo ese pasado, cerrar los ojos ahí un rato y traer y evocar todas esas épocas, esas historias… y entonces es un poco difícil porque están fallando los recuerdos¨

Nicolás Gómez Echeverry, Lucy Tejada, años cincuenta, notas de la artista.
Texto que hace parte de la exposición.

Un proceso para apropiarse y revalorizar la obra

Ocho años se necesitaron para lograr este espacio, desde el momento de recibir la donación que, por escritura pública, la artista Lucy Tejada Sáenz hizo a su ciudad natal meses antes de su fallecimiento en el año 2011. Preparar un Mueso para albergar la donación se proyectaba como uno de los hechos icónicos de la celebración de los 150 años de Pereira en el 2013, pero el tiempo estaba encima y el camino sería un poco más largo. Muchas vueltas se dieron sobre su posible sede: un grupo de gestores propusieron un edificio nuevo para un museo de la historia de Pereira que además albergara la donación, también se propuso el edificio del desaparecido Club Rialto (dónde permanece el mural de la artista La Alegría de Aprender), otra alternativa fue una sala en el Museo de Arte de Pereira MAP (entidad que fue el custodio de la obra mientras de resolvía el asunto). Finalmente, con gran sentido común y bajo el liderazgo de la secretaria de cultura Rosa Ángel Arenas (quien además en el pasado había sido la receptora de la obra como curadora del MAP) el espacio de museo para conservar y exponer la donación se construyó en el edificio que desde el 2004 lleva su nombre: el Centro Cultural Lucy Tejada.

Alrededor del nombre de Lucy Tejada, Pereira ha venido configurando varias gestiones culturales recientes con las que demuestra su interés en revalorizar su obra: además del bautizo del centro cultural con su nombre en el 2004, la colección empieza a ser objeto de varios estudios, entre ellos, la investigación ¨Lucy en Pereira¨ por medio de una beca de estímulos municipal obtenida en el 2013 por la entonces curadora Rosa Ángel. Desde el 2017 la donación se empieza a proteger y a restaurar, para lo cual se contó con la restauradora Carolina Cubillos. Recientemente se presentó la producción escénica ¨Un dos tres por Lucy¨ de la Escuela de Artes de la Secretaría de Cultura y se ilustró con grabados de la artista la colección Narrativa completa de Alba Lucía Ángel, publicada en septiembre de este mismo año por la Biblioteca Pública Municipal.

Una estrategia que garantiza trascendencia

La apertura del Museo Lucy Tejada el pasado 17 de diciembre, tras una inversión de 1.600 millones, parece ser la cereza del pastel de una valerosa gestión. ¡Y qué cereza! La exposición de la donación se presenta con una impecable curaduría y montaje a cargo del arquitecto Juan Guillermo Bustamante dirigiendo un equipo del Museo de Antioquia, entidad que ganó por concurso público este encargo.

La estrategia del museo es inteligente y garantiza su trascendencia. Se han montado 163 obras, y una colección de armadillos, partiendo de un guion didáctico que introduce amablemente a cualquier espectador en diferentes fases de la vida y obra de la maestra: el ser, el hacer, el decir, el caminar; dando cuenta no solo de sus momentos como artista plástica – pintora, dibujante y muralista -, sino también como escritora, pensadora moderna, y en general, como humanista.

La sostenibilidad e impacto del museo están bien pensados: se resuelve en un espacio pequeño (250 metros cuadrados) pero de gran significado. Lo que se ahorró en área, se invirtió en un montaje detallado y de mucha calidad. Se adaptó un espacio muy cercano a la ciudadanía, de fácil acceso, que resignifica la plazoleta del Centro Cultural, generando sobre esta y la carrera 9ª, en el corazón de la ciudad, una colorida vitrina con la imagen de la que ya es su artista más emblemática.

La reproducción del mural La Alegría de Aprender, expuesto en fachada, es solo el indicio, el punto de partida para un sugerido recorrido por los 4 murales públicos de Lucy instalados desde hace decadas en el Banco de la Republica, el Banco Cafetero, el antiguo Club Rialto y el Parque de la Libertad, los cuales al estar ubicados a menos de 3 cuadras alrededor completan el museo.

Pereira rinde así un homenaje definitivo a esta maestra imprescindible del arte moderno latinoamericano, y por ahí derecho, la ciudad reafirma su entidad liberal al adoptar como símbolo y vincular como una de las banderas de su identidad cultural esta obra feminista, ambientalista, de profunda sensibilidad social y de reconocido valor estético

Una gestión marcada por la calidad conceptual

Son varios y muy notables los logros de la actual Secretaría de Cultura de Pereira durante este 2019, año de cierre de su gestión, sobre todo en lo referente a la preservación del patrimonio: la publicación de la obra narrativa completa de la escritora pereirana Alba Lucia Ángel, las esculturas de John Castles en el rediseñado parque de Monos en el sector de la Circunvalar, la escultura El Oso de Federico Uribe en la nueva plazoleta de La Paz, la recuperación de los archivos de El Diario, la colección literaria La Chambrana y, muy muy importante, casi épica, la restauración de la obra y apertura del Museo Lucy Tejada.

No se puede negar que la secretaria de cultura de Perera, la artista Rosa Ángel, no solo representó una tabla de salvación para el liquidado Instituto de Cultura, sino que, más allá del egocentrismo del Alcalde, logró en tres años construir una agenda propia, centrada en la calidad. Rosa demostró la importancia del conocimiento técnico, la meritocracia y el trabajo juicioso para ejercer este cargo, y también dejó claro que el enorme sacrificio que esto implica solo es posible de sobrellevar con un enorme amor y compromiso cívico.

Sus resultados hoy demuestran que su gran legado es haber logrado como nunca antes elevar el nivel conceptual de la cultura en Pereira, poniendo a marchar con gran calidad una serie de hechos largamente esperados.

La vara queda muy alta.

Viaje al fondo del Folclore

Por Maritza Palma Lozano | Fotografías Víctor Galeano, Universidad Andina y archivo personal

Carolina Valencia y Ricardo Ramírez, los integrantes de La Soundklórica,  preparan su primer álbum. 8 canciones derivadas de un auténtico viaje por los sonidos del Atlántico y del Pacífico.

A RITMO DE TAMBORA TAMBORA

A las orillas de ese mar interminable que rodea la Ciénaga Magdalena, Carolina toca el clarinete y Ricardo el saxofón, acompañados de un grupo que interpreta gaitas y flautas de millo. Se encuentran en pleno Festival Nacional del Caimán, a punto de terminar un viaje de un mes que los ha traído por tierras de Sincelejo, Ovejas (Sucre) y Cartagena, antes de terminar en Palomino y quedar con el corazón hinchado de ganas por seguir grabando su propuesta musical de folclore urbano.

Se trata del viaje que en 2018 emprendieron Carolina Valencia y Ricardo Ramírez, los integrantes de La Soundklórica, quienes en una búsqueda por visibilizar y rescatar las músicas tradicionales colombianas visitaron el Atlántico y el Pacífico del país, con el fin de adelantar lo que ellos llaman “una validación de conceptos”, es decir, la aprobación de algunos precursores y personas que llevan en su sangre las raíces de los ritmos folclóricos y populares del país.

A estas alturas La Soundklórica ya tenía su primer sencillo llamado Pajarito, a ritmo de tambora tambora, y en uno de esos caminos que riñen entre el calor y la brisa los músicos tuvieron la posibilidad de encontrarse con la cantaora Martina Camargo y compartirle su composición. Martina es conocida nada más y nada menos como la “reina de la tambora” por configurarse como una representante a nivel internacional del ritmo de tambora tambora, originado en San Martín de Loba, a orillas del río Magdalena.

Archivo personal
DONDE NACE EL RITMO, NACE EL AMOR

Ricardo nació en Bogotá pero se considera pereirano, se formó como saxofonista en La Habana, Cuba, donde irónicamente empezó su interés por el folclore colombiano y especialmente por la percusión.

Carolina, por su parte, desde muy pequeña se acostumbró a escuchar a Lucho Bermúdez en los vinilos de su papá, y de paso composiciones clásicas donde aprendió a reconocer el sonido del instrumento en el que se formaría años después: el clarinete.

Cuando Carolina estaba en la universidad y ya hacía parte de la Banda Sinfónica de Pereira, justamente como clarinetista, se cruzó con Ricardo. Ella ya lo había escuchado tocar gaita y saxofón barítono, y le parecía que tocaba muy sabroso; así que no perdió oportunidad para decirle:

―Oye ¿tú tocas gaita?, yo soy Carolina y toco clarinete, ¿cuándo nos vamos a sentar a
estudiar folclore?

―Mañana mismo si quieres― respondió Ricardo.

“Y llevamos 7 años estudiando”, afirma ella, entre risas. Desde ese momento, más que iniciar una aventura por las aguas del folclore, inició también un amor y un proyecto musical.

Por Víctor Galeano
“POR SI MAÑANA ME MUERO”

Así le canta Carolina a Ricardo, al son de un porro chocoano, para decirle que canta con el corazón y le pide a la vida bendita que lo cuide por siempre.

En la primera cita Carolina todavía no sabía que Ricardo tenía una discapacidad visual.

― Ey, llevo media hora voleándote la mano. ¿Te estás haciendo el bobo o qué? ―le había dicho Carolina, antes de que Ricardo le contara detalles.

Desde ahí, dice Carolina “me puse la camiseta de aprender cómo es convivir con una persona de una condición diferente”.

En un primer momento recibió comentarios de la gente que le reprochaba que ella cómo se iba a juntar con una persona con una discapacidad. Frente a lo cual respondió: “eso no es nada, Richi tiene 50 mil cosas de las cuales me pego y quiero coger su mano y caminar con él”.

Además, como relata Ricardo, Carolina ya tenía conocimientos e interés por la lengua de señas. Lo que fue llevando a que la propuesta de La Soundklórica se gestara como un proyecto inclusivo que desde la música y la puesta en escena se piensa para “las personas que han sido excluidos históricamente, no solo por discapacidad sino por género, por creencia, por raza, por color”, según aclara Ricardo.

Los beats que componen la mezcla sintetizada de sus canciones, tienen unos subbajos especiales que la comunidad sorda puede sentir, además en todas sus presentaciones incluyen a un intérprete de lengua de señas, labor que actualmente realiza Alexander Giraldo, quien señala que participar de este proyecto “ha sido muy armonioso, todo está basado en la conexión con la música y con los demás, especialmente con la comunidad sorda”, a lo que agrega Ricardo “la inclusión siempre va, no es lujo ni capricho, es necesidad”.

Por Universidad Andina

Están terminando de grabar su primer álbum compuesto por las 8 canciones que quedaron de ese viaje sonoro al fondo del folclore. Dos adaptaciones: Aurora –
porro chocoano -y Danza en tono menor- tradicional del Pacífico, y seis de su autoría: La jeva y Por si mañana me muero -porro chocoano-, Pajarito -a son de tambora
tambora-, Tus besos -chalupa urbana-, La singona -gaita- y Juanita Gómez -chandé-. Tanto los sonidos del Pacífico, como del Atlántico están representados con el mismo número de composiciones. Ya han publicado la mitad a modo de sencillos.

En medio de viajes, estudios de grabación y conciertos, se les ve aún cogidos de la mano por las calles de Pereira. Ella usa una larga falda de flores y una banda de la misma pinta que rodea su cabeza mientras él camina dejándose llevar por Conga, su perra guía.

EL SEXO DURANTE LA MENSTRUACIÓN

Por Milena Duque La indecente

Unirlos puede traer como resultado orgasmos más intensos, sensaciones más placenteras para la pareja gracias a la lubricación y al aumento de la temperatura corporal.  ¿Por qué tanto misterio en una vagina que sangra?, ¿de dónde surge la idea de qué es una práctica perjudicial para la salud masculina?, ¿acaso menstruar es una enfermedad no reconocida por la ciencia?, o ¿será qué nuestros endometrios “putrefactos” no son los mismos encargados de gestar vida humana?

El 2019 ha sido un año que ha permitido abordar en la agenda pública diferentes temas considerados tabú para la sociedad, entre ellos el sexo y la menstruación, por eso decidí tratarlos de forma conjunta para conocer y profundizar más sobre tendencias sexuales en pareja.

Como de costumbre, a la hora de investigar sobre un tema estuve detrás de algunos textos y ensayos que me brindaron información donde pude evidenciar cómo las mujeres han sido mutiladas de su deseo a lo largo de los años, porque la sociedad condiciona y normaliza la sexualidad femenina hacía la reproducción, pero difícilmente la relaciona con el placer, aunque seamos constantemente objeto de deseo.

Por eso la relación del sexo y la menstruación hasta hace 20 años no era bien vista, tampoco era prudente hablar de ello, incluso se pensaba que era contraproducente para la salud de los hombres porque el sangrado era un desecho. Es tan nuevo que solo hasta hace pocos años surgieron publicaciones de este tipo en redes, diarios, libros y revistas.

Lo bueno e interesante del asunto es que unir sexo y menstruación puede traer como resultado orgasmos más intensos, sensaciones más placenteras para la pareja gracias a la lubricación y al aumento de la temperatura corporal, además que muchas mujeres afirman mejoría de las molestias e incomodidades porque la actividad sexual ayuda a descongestionar el desprendimiento del endometrio, y generalmente quiénes lo practican tienden a ser parejas más sólidas porque están desligadas del pudor.

Tabú o no, siempre me pregunté ¿por qué tanto misterio en una vagina que sangra?, ¿de dónde surge la idea de qué es una práctica perjudicial para la salud masculina?, ¿acaso menstruar es una enfermedad no reconocida por la ciencia?, o ¿será qué nuestros endometrios “putrefactos” no son los mismos encargados de gestar vida humana?

Cuando somos conscientes de los datos que giran en torno al tema se evidencia la falta de conocimiento frente al deseo sexual femenino, por eso el siguiente paso tenía que ser la exploración y en definitiva tengo que confesar que lo mejor fue el resultado obtenido. Allí no solo se me permitió cuestionar los prejuicios al promover el placer sin calendario, sino abrir y fortalecer un nuevo capítulo de confianza y comunicación con mi pareja.

La verdad es que el sexo durante la menstruación es una gran experiencia, es indispensable que haya mutuo acuerdo, protección extra con preservativo porque aún en la fase menstrual existe la probabilidad de quedar embarazada y, sobre todo, dejar de lado el pudor en la ecuación.

Entre mis recomendaciones nunca está de más cambiar el lugar del encuentro, por ejemplo, ir de la cama a la ducha puede servir de gran ayuda, o incluso, utilizar una manta para evitar manchas incómodas, lo cual facilitará desprenderse de temas banales y conectarse con los placeres. Recordemos que para una mujer conseguir el orgasmo no es fácil, nosotras requerimos de mucha concentración y un espacio optimizado, ya que cualquier cosa mal hecha puede llevarnos rápidamente de la cúspide al piso.

Mi mayor consejo por lo tanto es liberarse de prejuicios, dedicarse a disfrutar y a lograr una compenetración real con su pareja. Las mujeres quieren tener sexo con alguien que lo interprete de la misma forma en que ellas lo hacen, para compartir más cosas y conseguir increíbles orgasmos. Incluso puede dar por sentado que gracias a la menstruación se encontrará con un ambiente extra lubricado y mucho más cálido, pero en especial logrará compenetrar con su pareja gracias a la experiencia orgásmica que se produzca, y por ahí derecho, logrará quitarle peso a la discusión moral de experiencias sexuales durante la menstruación.

Recuerde, la tendencia este año es el placer en consenso sea quien lidere los juegos en la cama. Y empecemos a cambiar esos condicionantes tergiversados frente al placer femenino.

UN MURAL PARA UN ESCRIBIENTE

Por Jorman Sebastián Lugo | Fotografías Festival Pereira Querendona

Cada año durante agosto el Festival Pereira Querendona realizarán varias tomas y pintadas en vivo. Desde sus inicios los organizadores buscaron que artistas, colectivos, muralistas y demás creadores afines llenen las calles de color, formas y simbologías. 

En sus distintas ediciones se han intervenidos lugares como los puentes de la calle 13, la carrera 12 bis cerca de Corocito, la carrera décima entre calle 22 y 23, por mencionar solo algunos puntos. Pero uno en especial ha llamado la atención por su tamaño y la relación que ha tenido con las personas que habitan y trabajan en la calle donde fue instalado.

En la ciudad hay callejones que ayudan a comprender lo complejo y lo sencillo de la vida. Calles que conducen a personas que te enseñan el valor de entregar sin esperar nada a cambio y a ver expresiones urbanas que te ayudan a entender que el arte sana y transforma. 

Este es el caso de Ezequiel Bautista y del Festival Pereira Querendona, quienes realizan sus trabajos bajo el caprichoso cielo pereirano.

Ezequiel lleva toda su vida trabajando en una máquina de escribir. La convirtió en su compañera inseparable. Todos los días, desde que el sol ilumina las calles de Pereira hasta que el mismo desciende en el horizonte, teclea documentos para otras personas. Así lleva su vida desde hace más de 37 años. 

Al principio lo sedujo el alcance económico del oficio de escribiente, sobre todo porque el amigo que lo acercó al Palacio Nacional le enseñó un bolsillo lleno de dinero, pero con el tiempo se dio cuenta que su labor iba más allá de los beneficios monetarios. Escribir, en la mayoría de los casos, documentos legales para otras personas, lo acercó a los problemas que afrontan; especialmente, los que no tienen cómo pagar un abogado. 

 Se sabe un puente entre las altas y las más bajas esferas sociales.  

“Ayudar a las personas se vuelve un proceso filantrópico y altruista. En mi caso tengo formación académica de alto nivel, especialmente en Administración Pública. Eso me ayuda a solventar todos los tipos de consultas que me llegan. Porque de eso se trata, de compartir el conocimiento y ayudar a los demás”.

Para Ezequiel, compartir es una de las acciones más importantes que pueden hacer las personas. Reconoce que no todos lo hacen sin esperar algo a cambio, pero sabe que en la ciudad hay gente que se la juega por dar lo que saben. Así como él, y los que vienen pintando la ciudad con expresiones urbanas que brindan su arte para beneficio de los demás.

Uno de los gajes del oficio han sido los constantes cambios de ubicación que han tenido los escribientes. Su principal lugar fue en el Palacio Nacional, luego pasaron una temporada en Fiducentro y en la actualidad se encuentran ubicados en la calle 18 bis del centro de la ciudad.  

 En esa calle el Festival Pereira Querendona tiene dos murales que engalanan la vista. A los escribientes, en cabeza de Ezequiel, les gustan este tipo de muestras porque permite que el tránsito en el lugar sea constante. Y ese trasegar de la vida pereirana, por lo general, significa clientes. 

La transformación empezó cuando el Festival se tomó las paredes de la bis para dejar muestra de los procesos que lleva realizando en la ciudad. Los realizadores, que llevan tres años acercando el arte a la calle, escogieron el lugar por el peso cultural que ha tenido, antes con el desaparecido cine Consota y ahora con la Biblioteca del Banco de la República. Además, con la idea de generar un circuito turístico en el centro de la ciudad que se comunique con los demás murales que han realizado, creando así un museo al aire libre que no necesite del pago de entradas para apreciar las obras de arte. 

Ezequiel dice que esos cambios los favorecen porque los hace sentir bien, apreciados; la ciudad los reconoce como patrimonio viviente. Los llena de honor los cambios físicos que la administración local realizó en la calle, para que no solo fuera de tránsito, sino un lugar de encuentro, llamando la calle como La calle de las letras o de los escribientes. 

“Lo de los murales es muy interesante porque pasan turistas, personas que vienen a conocer, toman fotos. Eso es bueno porque le genera un cambio en lo urbano. Y esos cambios nos favorecen. Porque nos sentimos bien. Antes mantenía lleno de personas consumiendo drogas, era oscuro, sucio. Ahora hay lugares donde sentarse. Ha mejorado la vigilancia y es mucho más agradable. Ahora pasan más personas, es más público, se hace más concurrido. Ya no es tan privado. Le dieron a la cuadra un realce que nos ayuda a nosotros”.

 Desde El Querendona le apuestan precisamente a la noción que Ezequiel ve en la calle donde trabaja: transformar los lugares que han sido marginados y hacerlos atractivos. En las distintas ediciones que ha tenido El Festival fueron intervenidos lugares como los puentes de la calle 13, la carrera 12 bis cerca de Corocito, la carrera décima entre calle 22 y 23, entre otros puntos clave de la ciudad. 

Las labores de Ezequiel y del Festival Querendona coinciden en más puntos. Ambos se dirigen a las comunidades para sensibilizar y dar charlas. Ezequiel sobre procedimientos públicos, legales y administrativos y el Festival para conocer cómo habitan los espacios y qué tipo de historias albergan entre sí los habitantes de la comunidad.

La calle sigue siendo el lugar donde las historias se encuentran y donde llegan a parecerse entre sí. Quizá por esa razón ambas actividades ven en las prácticas públicas los mejores incentivos para construir ciudad. En últimas, la calle es de quienes la habitan y la transforman con sus prácticas sociales, quienes están en contacto permanente con ella y los que con sus acciones dicen: la calle es nuestra.

LO LOCAL ES LO COOL

Por Sarah Monsalve

Los mercados creativos y los emprendimientos locales son una tendencia que crece globalmente y que está consolidándose como el nuevo modelo de compra de moda. Nada más cool que usar algo que tiene historia, manufacturación artesanal, y por supuesto, originalidad y exclusividad.

Hace poco me invitaron a formar parte de un proyecto que me enamoró desde el principio: POP UP Networking. Se trata de una red de más de 300 emprendimientos del Eje Cafetero creada desde el 2014 y que ha realizado más de 25 ferias comerciales para potencializar y dar a conocer dichas marcas dentro del mercado local e internacional, algunas de estas ferias se han llevado a cabo en países como España, Argentina y Brasil.

La industria creativa del sector moda es vital para el desarrollo de la misma, es por eso que son de gran importancia este tipo de espacios para refrescar y crear plataforma para nuevos diseñadores y marcas que hacen parte de la aceleración y calidad del sistema moda.

Contando un poco mi experiencia, llegué a este proyecto por mi amigo Julián López, quien es el representante legal de la red y quien me contó -con el entusiasmo que lo caracteriza- que POP UP Networking fue el primer ganador de una beca de apoyo a iniciativas culturales en el marco de las Fiestas de la Cosecha (fiestas de la ciudad de Pereira, Colombia, realizadas en Agosto) del programa de Concertación Municipal de la Secretaría de Cultura de Pereira con el proyecto Mercado Creativo POP UP de la Cosecha, el cual busca fortalecer a marcas emergentes dentro de un proceso formativo enfocado en el marketing digital y estrategias de comunicación para el desarrollo integral de las mismas. En esta ocasión fueron 4 las marcas pereiranas seleccionadas: Anexos, Ay María, Botas JhonX y la Asociación Embera Jaiponó.

ANEXOS

Los accesorios de lujo son un must y una tendencia que sin duda alguna se toma la moda. Jhon Jairo González decidió que ese sería el enfoque de su marca tras crearla en el 2017 junto a 4 personas más quienes tenían en mente otro tipo de producción; es ahí donde él decide apersonarse del diseño y estilo de Anexos. 

Los accesorios buscan generar una experiencia completa a la hora de utilizarlos, darle al usuario exclusividad y resaltar la personalidad y estilo de cada individuo, pues es una marca para hombres y mujeres que pueden optar por lucirlos sobre el cuerpo desnudo o un buen outfit.

AY MARIA!

La marca está creada por la diseñadora de modas Maria José Parra España. En diciembre de 2018 empezó a producir ropa para mujeres a partir de retazos textiles de camisas para hombre en tallas extra grandes que iban a ser desechadas por una fábrica de la ciudad.  Su responsabilidad con el medio ambiente y el diseño de sus prendas busca que cada mujer que lleva sus diseños se sienta femenina, fuerte y divertida. 

Algo que me llamó la atención de esta marca es que sus prendas NO TIENEN TALLA y por ende, son graduables para cada tipo de cuerpo, permitiendo que todas podamos consumir su producto.

BOTAS JHON X

Marca urbana pereirana customizable de botas inspiradas en la cultura Punk. Cada persona puede hacer parte del proceso de producción de sus botas, pues puede acompañar a su creador a elegir el cuero, los accesorios, la suela y todo lo relacionado con la experiencia. Jhon X realiza botas para hombres y mujeres.

ASOCIACIÓN EMBERA JAIPONÓ

Conformada por más de 20 familias Embera Chamí, la asociación busca resaltar el valor tradicional y la identidad de la etnia y la técnica artesanal indígena. El representante legal de la marca, Edilson Tanigama, explica que su proyecto está identificado por el espíritu de la flor sagrada JAIPONÓ la cual es usada por el ¨Jaibana¨ o curandero de la etnia para sanaciones o rituales. 

Hacen Okama (caminos alrededor del cuello), collares, aretes y pulseras tejidas por técnicas ancestrales elaboradas con chaquira mostacilla, miyuki rocaills y piedras naturales. Han participado en ferias nacionales e internacionales, y recientemente hicieron parte de la colección «Maestros Ancestrales» de Arkitect para Colombiamoda 2019.

A su vez, el Mercado creativo POP UP de la Cosecha cuenta con la colaboración de profesionales de la moda como la Styling y Diseñadora Juliana Restrepo, creadora de la marca de gafas Why Wait; el fotógrafo Juan Montes quien ha trabajado para marcas como Miclott y Rouse Atelier durante sus 3 años de carrera; Julián Montoya, director y productor audiovisual de Trip Creative quien ha realizado varias producciones y contenidos digitales en la ciudad; la maquilladora Mariana Jiménez  y los modelos Maria José Toro, Sebastián Marín y Jhon Osorio.

Gracias Juli por haberme involucrado en un proyecto tan mágico y de gran aporte para la industria de nuestra región, y gracias a todo el equipo por el profesionalismo, la buena onda y el aprendizaje.  

La invitación es para que conozcan otros productos y marcas que hacen parte de la red POP UP. Recuerden siempre que lo local es lo cool. 

Podrán también encontrar todos los artículos de las marcas en la tienda GooKarma.co y conocer más del mercado local en www.redpopup.co 

“ORGULLO MONTAÑERO”

Por Ángela Molina Castaño | Fotografías Jess Ar

Contra todo pronóstico y estigma esta nueva colección de canciones busca la reivindicación del campesino y sus tradiciones, esos otros sentidos, muchos más dignos y verdaderos, de la palabra montañero. Más que un disco de música parrandera es una declaración del sentimiento que da la conexión profunda con este territorio. 

Que a uno lo llamen montañero puede terminar siendo un insulto gravísimo, pues más allá de hablar de una procedencia territorial, tal denominación se ha convertido en sinónimo de mal gusto o ignorancia. Esta situación ha tenido graves repercusiones en las identidades culturales que históricamente nos han caracterizado, pues día a día nos distanciamos de nuestros orígenes campesinos. 

La precarización de los trabajos asociados a la agricultura ha venido de la mano con la escasa valoración del conocimiento y esfuerzo de los hombres y mujeres que habitan las zonas rurales de nuestro país. Paradójicamente, a nivel internacional, se habla cada vez más de la importancia de la conservación ambiental, de los beneficios de los productos orgánicos y de la necesidad de proteger las fuentes de agua, todos oficios que han desarrollado siempre los campesinos. 

Así, mientras ellos tratan de resistir con dignidad y mantenerse en sus territorios, en las ciudades manejamos un doble discurso, de un lado nos cuesta valorar lo que tenemos y del otro intentamos asimilarnos a las tendencias globales que promueven estilos de vida saludables. Ante esta contradicción surgen propuestas que desde lo cultural pretenden reivindicar los saberes y prácticas campesinas, este es el caso de la agrupación Serranía, que desde hace diez años viene desarrollando un proceso de investigación – creación en el que, además de indagar por los orígenes y diversidad de las músicas del Eje Cafetero, se han ocupado por crear letras que exalten la labor y riqueza de ser y vivir en el campo. 

De ahí que, en el 2019 estén lanzando su segundo trabajo musical, que lleva por nombre “Orgullo montañero”, una producción cuidadosa de cada detalle, llena de matices, en la que se expone la riqueza de ritmos de nuestra región, al tiempo que sus letras están llenas de reflexiones en las que se exalta la contribución de las mujeres campesinas a la construcción de nación, la vulnerabilidad social de esta comunidad, su papel en la conservación ambiental y su aporte en la formación de riqueza. 

La música parrandera, como se le ha llamado a la diversidad de músicas alegres que se producen en todo el Eje Cafetero, ha sido caracterizada comúnmente como jovial y de doble sentido, sus orígenes son diversos, dan cuenta de la apropiación cultural que se dio en la región desde finales del siglo XIX, donde las rancheras, los corridos, los huapangos y los sones se mezclaron con los bambucos, los pasillos y los porros, dando lugar a un sonido característico, que abrió la puerta a un relato de lo nacional más amplio, en el que se reconocía que Colombia era mucho más que su capital. 

Nuestras músicas campesinas irrumpieron sin permiso en la vida de las ciudades, antes que obreros de la construcción o trabajadoras de la industria textil, estos hombres y mujeres eran del campo y esto se vio reflejado en toda la riqueza que aportaron a los sonidos urbanos de ciudades como Medellín, Pereira o Manizales.

“Orgullo Montañero” la creación de Serranía, una agrupación que no teme reconocer su origen campesino, que le apuesta a reivindicar la capacidad creativa de quienes dedican su vida a cultivar nuestros alimentos. Más que un disco es una declaración del sentimiento que da la conexión profunda con este territorio.

Carátula de su más reciente trabajo musical

Serranía en Fusión Colombia

VENTORRILLO DEL MERCADO

JHONNATAN CASTAÑEDA Y ANDREA LONDOÑO

Ruta: Serranía del nudo

Compartimos la historia de la Plaza de Mercado Los Fundadores en Santa Rosa de Cabal, construida a finales de los años 30, y contada a través de las experiencias y anécdotas de una pareja de campesinos que la frecuenta con regularidad, un experto historiador y otros visitantes de paso de este icónico lugar del municipio risaraldense.

VENTORRILLO DEL MERCADO

FELIPE: UN FESTIVAL PARA GOZARSE LA LITERATURA

Una charla en El Pavo, una evocación a un juglar vallenato nacido hace 91 años, un viaje por la parranda paisa que por varias décadas ha alegrado las reuniones familiares de los colombianos. Así serán algunos de los momentos del Festival de Literatura de Pereira alrededor de la palabra leída y escuchada. Del 18 al 21 de septiembre, en su sexta versión, traerá una serie de encuentros para amar la literatura a través de talleres, música y conversatorios.

Este 2019, bajo la temática Volver a los viejos tendrán actividades en alusión a autores clásicos y a los 200 años de independencia de Colombia, porque según Carolina Saldarriaga, una de las organizadoras del evento, “nuestra tendencia ha sido siempre lo nuevo: nuevos autores, nuevos lectores y este año quisimos hacer un giro. Sin perder el norte de nuestro público objetivo (los jóvenes) queremos que ellos miren los clásicos”.

 Por eso, con la premisa de mirar el pasado desde el presente, en una terca búsqueda para que los estudiantes de los colegios y otros jóvenes lectores hablen de Shakespeare, de Poe y de Bernardo Arias Trujillo -entre otros autores- este año vendrán invitados como León Valencia, Paula Marín, Jhon Naranjo, Andrea Mejía, Alberto Burgos Herrera y Alonso Sánchez Baute.

  Así, entre charlas sobre la mujer, la parranda y el conflicto armado, además de la novedad de tener una conferencia bailable en El Pavo, el Festival insistirá una vez más para mostrarle a la región que la literatura no solo está en los libros, sino en la música y en la tradición oral, como lo menciona Carolina.

PRÓLOGO DE UN FESTIVAL

Desde el año 2011 la Corporación Cultural Casa Creativa se encontraba haciendo acciones de promoción de lectura y escritura como parte del proyecto Al pie de la letra. Cuenta Daniel Alejandro Vergara, actor de teatro y narrador oral encargado de la producción y logística del Festival, que en ese entonces desde la narración oral, los títeres y el teatro se hacían intervenciones para impactar los sentidos de las personas que recorrían una calle, el patio de un colegio o los pasillos de una universidad, hasta dejar el cuento a medio contar e invitarlos a leer el resto de la historia en la biblioteca más cercana o en un folleto que ellos entregaban.

 A partir de intervenciones como estas, ya en el 2013, problematizan que en la ciudad no había un evento continuo para que la gente se reuniera alrededor de la literatura. Fue cuando uno de ellos dijo:

— Es hora de hacer un Festival de Literatura.

            Y digo “uno de ellos” porque detrás de este proyecto siempre han estado Viviana Zuluaga, Carolina Saldarriaga y Daniel Vergara.

            Entonces, después de la chispa fue necesario concretarlo todo en “un espacio de encuentro en torno al libro, a los distintos géneros de la literatura y a los que no son literatura, pero sí pertenecen al campo de la oralidad”, explica Daniel, y aclara que esto “le aporta en gran medida a la ciudad porque el Festival va a muchas partes y toca muchas cabezas”.

                   Desde su origen, FELIPE, un nombre común que podría pertenecer a cualquiera, ha sido también un evento para cualquiera y en especial para los más jóvenes, ya que como dice Carolina, “creemos que el público hay que formarlo desde joven, por eso tenemos un enfoque dirigido a personas no lectoras, que apenas se abren al mundo de leer y escribir, creando una programación fresca, hablando de temas complejos de manera simple y teniendo claro que más allá de que sepan leer y escribir es indispensable que desarrollen su capacidad crítica”.

UNA IDEA QUE VALIÓ LA ESPERA

Archivo FELIPE

                  El concurso Cuentos cortos para esperas largas nació ni más ni menos que de una larga espera, aunque según explica Daniel “realmente no surgió como un concurso”. Y agrega Viviana Zuluaga: “Preocupadas por cómo fomentar la lectura fuera de las aulas, fuera de los espacios legitimados para ello, conectamos con la idea de que la gente cree que leer es bueno, pero usualmente dice no tener tiempo para ello, así que pensamos: ¿dónde la gente tiene tiempo? En la fila de un banco, en la espera de una cita…así que ¡eureka! Llevemos un relato que la gente pueda leer en ese espacio”.  Fue por eso que para la primera versión del FELIPE, realizada en el año 2014, se hizo una antología de cuentos de literatura latinoamericana y universal con textos que ya tuvieran los derechos liberados.

                 Sin embargo, para la segunda versión, en 2015, se iluminó aún más la espera y concluyeron que podían fomentar la lectura y la escritura, lo cual es “la médula del FELIPE”, en palabras de Viviana, y además hacerlo de manera simultánea. Fue ahí cuando Cuentos cortos para esperas largas se convirtió en el concurso que hoy en día conocemos en Pereira.

                   El éxito de esta línea de trabajo se ve reflejada en el alcance cada vez mayor, donde año a año más personas participan del concurso, ya que según Carolina “empezamos con 60 cuentos y ahora estamos en casi 500”. Esto y la posibilidad de contar con jurados externos de gran importancia nacional como el Instituto Caro y Cuervo, durante la versión 2018 y 2019.

FELIPE NO PARA DE SORPRENDER

Para la versión 2019 no bastó con el concurso de cuentos y se estrenó la línea de residencia literaria, a través de la cual se premió a una persona que tuviera avanzada una selección de cuentos o una novela, para recibir asesoría de Carolina Sanín y Rigoberto Gil durante una semana en la que estaría encerrada solo para concentrarse en su escritura.

                        Además, dentro de los talleres de septiembre se dará formación en cómic, escritura, lectura y narración oral. Con esto, el FELIPE amplía aún más sus tentáculos y ratifica, como explica Carolina, que “no es solo un Festival” sino, junto al concurso de cuentos y la residencia, toda una estrategia de promoción de lectura y escritura al alcance de todos.

                        Tanto Viviana, como Carolina y Daniel, coinciden en que su mayor motivación para seguir haciendo el FELIPE es ver que muchos disfruten de principio a fin esta propuesta, que como dice Viviana “le aporta a la ciudad porque todo lo hace para la gente”, insistiendo versión a versión en “descolocar la idea de literatura hecha para especialistas”, como afirma Daniel.

PAPÁ BOCÓ, LA VIDA COMO UN JAM SESSION

Por Alejandro Patiño Sánchez | Fotografías de Juan Carlos Gil

En Papá Bocó casi todo ha llegado por azar, cierto espíritu de improvisación, de un toparse con ritmos y circunstancias que han dado forma a lo que son actualmente. Nacieron a partir de un jam session, esas reuniones informales entre músicos que con cierta afinidad tocan por simple disfrute; sin partitura ni ensayo previo.

LOS ORÍGENES IMPROVISADOS

Fue en el año 2008 en La Candelaria, un sitio de música latinoamericana en el centro de la ciudad que abría espacio a conciertos de diferentes géneros. La anécdota la recuerda Santiago Anaya así: “en febrero de ese año, Andrés Toscano, Felipe Paz y yo estábamos en casa del primero escuchando vinilos de salsa. Nos llamó la atención un jam session de finales de los 60 que se llamaba Descargas en el Village Gate. Reunía a Eddie Palmieri, Tito Puente, Johnny Pacheco, Ray Barretto, entre otros. Era algo espontáneo y a partir de ahí se formaron muchas orquestas de la época”. En ese momento les surge la idea de convocar a músicos amigos a una noche de improvisación.

Era sábado, hubo publicidad que los mismos músicos pegaron en muros, llamadas al uno y al otro, convocando, y un lleno inesperado del sitio. “No habíamos ensayado nada, llegamos a improvisar, bueno, ustedes saben tal tema, listo, en la mitad solo de saxofón, ¿quién quiere hacer el solo del charango, el del timbal?, hágale. Era así, improvisado”. Los encuentros continuaron, pero querían algo más definido, no tan casual, “tiene que haber un grupo base que prepare los estándares, un punto de inicio”. En ese momento surge Papá Bocó como una agrupación de latin jazz conformada por esos tres amigos que escucharon ese vinilo revelador. Eran Felipe Paz; saxofón alto, Andrés Toscano; trombón y Santiago Anaya; percusión. Al poco tiempo se sumaron tres más: Darío Franco en el bajo, Addison Deivy López en el piano y Felipe Muñoz en el timbal.

Eran los inicios, y después de algunas presentaciones locales a punta de instrumentales deciden meterle letra a las canciones. Entonces montan su primer tema de salsa cantado, al tiempo que retoman con nuevos arreglos tres temas de Linaje: Cambiaré, África y Mi Buenaventura. Un primer repertorio que los ha acompañado hasta hoy. Linaje era la agrupación instrumental en la que tocaban Anaya, Paz y Toscano, con cierto reconocimiento por sus múltiples participaciones en el Festival Petronio Álvarez de Cali. Estaba a punto de desaparecer, aunque en ese 2008 y en el mismo festival ganó en mejor arreglo musical por la adaptación que Felipe Paz hizo de Mi Buenaventura, composición original de Petronio Álvarez.

Fue el año de la revelación, la transición y la búsqueda: “con esa experiencia sentimos también que la música del Pacífico debía ser incluida en nuestra propuesta musical, junto al latín Jazz, fusionada, con toda la exploración del caso”. 

Baila mi rumba es en definitiva un disco que nos acerca al Pacífico y resume la búsqueda de una agrupación que sin renunciar a su esencia ha seguido un camino en constante zigzag.

EL RECORRIDO ENTRE GÉNEROS

La presencia de Papá Bocó en festivales ha sido notable. Han llegado a tantos como les ha sido posible gracias a su propuesta diversa en por lo menos tres líneas musicales: latin jazz, salsa y música tradicional del Pacífico, todo esto, como una especie de coctel que se prepara en la barra para servirse al instante, fusionado con otros ritmos como el rock, el funk, el reggae, el rap o cualquier otro que les salga al paso. SeviJazz, Ajazzgo, Concierto Nacional, Bandola, Mono Núñez (grupo invitado), Petronio Álvarez (en 3 ocasiones), Versalles, y en Pereira, Fiesta de la Música, Convivencia Rock y Festival Sinfónico, por mencionar los principales.

Pero fue su participación en 2012 en Barranquijazz que les demostró de nuevo un camino a seguir. Después de obtener el segundo puesto durante la ronda eliminatoria, fueron incluidos en la programación oficial como grupo invitado. En el primer momento se midieron ante músicos emergentes, pero “exigentes, de mucho nivel en La Costa”, y en el segundo compartieron tarima junto a agrupaciones de alto nivel, nacionales como extranjeras. “En este evento comenzamos a definir el sonido y formato”. De nuevo el azar y la improvisación los colocaba en paradoja con su propia obra: “no teníamos montado un concierto completo de latín Jazz pero si música cantada. Nos llevamos a Edwin Hoyos, que siempre ha sido nuestro cantante principal, ensayamos, y de tanto darle a esos temas fue cuajando. El repertorio fue una mezcla entre canciones cantadas y latin jazz instrumental, además de una composición propia que debíamos presentar, fue un punto donde la mixtura se dio, debíamos tener un cantante, elementos de jazz y de fusión. Tocó irnos por esa vía y nos gustó”. Quizá se sintieron más cómodos cubriendo varios frentes y buscando sus relaciones, que definiendo una sola vía en la interpretación y la composición. De esa forma se los había mostrado la vida y la propia experiencia.

ENTRE MAESTROS Y AMIGOS

Recoger de aquí y de allá, como esas bolas de nieve que al rodar van creciendo y ganando velocidad y peso, ha sido la constante de Papá Bocó. Llegaron de Barranquijazz con la idea de hacer el tipo de música que habían encontrado allá. También sentían que era el momento de crear, pero “había una especie de confusión, no sabíamos cuál de todos los géneros nos representaba. Yo tenía un latín jazz, Edwin los temas cantados, y así. Era una tensión entre dos líneas musicales”. Y esa es precisamente la esencia que recoge el disco, suena a muchas cosas conocidas pero no se relaciona directamente con nada, “eso identifica a la gente con nosotros”.

Se han definido en esta producción por los temas cantados y algunos ritmos del Pacífico (bunde, currulao, porro chocoano, abozao) y la salsa (bomba, ritmo de son, timba) con sus respectivas fusiones, fruto de un trabajo académico de investigación por parte de algunos de los integrantes. “Es un primer momento. Aunque no queremos dejar de hacer la música instrumental en vivo, es nuestra esencia, la que siempre va a estar. Según como se vayan dando las cosas nos vamos para un lado o para el otro”. Esa tensión, quizás, es producto también de lo que han escuchado. Influencias, “amigos en el camino”, de músicos que optaron por esas mixturas como Eddie Palmieri, Poncho Sánchez, Eddy Martínez y Joe Arroyo, “de este último tratamos de seguir esa mezcla de ritmos que hacía”. También suenan ecos de Ray Barretto, Herbie Hancock, y en esa misma línea clásica, los colombianos Héctor Martignon, Antonio Arnedo y Francisco Zumaqué. No dejan a un lado los nuevos ritmos colombianos: Jacobo Vélez, Puerto Candelaria y Herencia de Timbiquí en su etapa inicial, Maite Hontelé, Hugo Candelario, Baterimba, el risaraldense Julián Salazar con sus proyectos Mitú y Bomba Estéreo. Y para Anaya, el más grande de todos, Yuri Buenaventura, con quien han podido establecer una bonita amistad. Si uno pudiera mezclar todos esos sonidos a modo de recetario, muy seguramente el resultado sería Papá Bocó, listo para ser digerido.

BAILA MI RUMBA

Baila mi rumba es en definitiva un disco que nos acerca al Pacífico y resume la búsqueda de una agrupación que sin renunciar a su esencia ha seguido un camino en constante zigzag. Recoge composiciones y adaptaciones de diferentes épocas, celebra la rumba pero incluye profundas referencias académicas de unos conocedores del folclor que han aprendido que la mejor manera de preservarlo es llevándolo a otras dimensiones sonoras. Es un viaje, una expedición, un alto en el camino. De las 9 canciones del disco 5 son composiciones de Papá Bocó con letras de Edwin Hoyos: Baila mi rumba, Mi canoíta, Otra oportunidad, Cúñala y Canto negro pa bundiá. El resto son adaptaciones de temas traídos desde la época de Linaje y Lumbalú: Sin consuelo, Cambiaré y África. Y la reconocida versión de Mi Buenaventura del gran Petronio Álvarez con arreglos de Felipe Paz.

 Es también un álbum hecho en grupo: “entre todos le damos forma, esto no cuadra, aquello no rima, y así vamos armando el ritmo de la canción o encontrándolo de acuerdo a la letra, bien sea a partir de la percusión o de la guitarra o el canto”. Es una producción local, autónoma, con recursos del grupo. Han pasado 8 años, desde ese vinilo que escuchaban casualmente al prensaje de su primer cedé. Ya son nueve integrantes y un formato instrumental más amplio: Cristian Camilo Arias; trompeta, Felipe Paz; saxofón alto, Andrés Toscano; trombón, Víctor Castrillón; Piano, Daniel Cardona; tres cubano y percusión (bombo de chirimía), Camilo Trejos; bajo, Sebastián Trejos; batería, vibráfono y marimba, Edwin Hoyos; voz y Santiago Anaya; percusión y dirección artística. Han ganado un público que demostró en su concierto tributo a La Fania su total admiración y agradecimiento, “finalmente eso es Papá Bocó, una especie de chamán que ayuda a la gente con magia”. En Pereira la leyenda se cumple pero a ritmo de rumba y goce.

El disco celebra la rumba pero incluye profundas referencias académicas de unos conocedores del folclor que han aprendido que la mejor manera de preservarlo es llevándolo a otras dimensiones sonoras.

TRÁNSITO LIBRE, PIONEROS DEL ROCK PEREIRANO

Por Alejandro Patiño Sánchez | Fotografías Archivo Memorias del Rock Local Pereira 1989 – 2014

Hace poco menos de 30 años fueron responsables de los primeros registros grabados y prensados profesionalmente en estas tierras en géneros musicales como el heavy metal y el hard rock. En el marco del Festival Internacional Eje Rock 2019 se hará lanzamiento oficial de la reedición de esos primeros álbumes publicados: el EP de 4 canciones en vinilo y el disco compacto Sueños. Clásicos indiscutibles con canciones que sonaron a nivel nacional y recordadas por toda una generación.

Compartimos el texto que acompañará esta nueva publicación: “Sueños de una generación con mucho tiempo por vivir”.

Primera formación oficial de Tránsito Libre con la que grabaron sus primeros discos.

Sin lugar a dudas, dentro de mi colección de rock colombiano el disco más escuchado es Sueños de Tránsito Libre. Lo adquirí en su época de publicación (1995) y lo perdí posteriormente, así que conservo una copia pirata hecha por mí con sus respectivas tapa y contratapa a color, letras en fotocopia a blanco y negro, armado sigilosamente en la caja de plástico para que, en la medida de lo posible, se pareciera al original. Cursaba grado Once cuando lo compré a Titos, hermano de Germán Álvarez, “Hueso”, por 5 mil pesos, recuerdo que fiado y pagado difícilmente a cuotas con lo que alcanzaba a ahorrar de los descansos del colegio. En una de las tantas prestadas le perdí rastro y jamás lo volví a conseguir. Llegó fugazmente a mis manos de nuevo durante una investigación que realicé en 2014 sobre el rock pereirano y aproveché la ocasión para tenerlo otra vez, aunque fuera “quemado”. El original editado imposible de conseguir desde hace un buen tiempo.

Por eso me llenó de emoción cuando Alex Rodríguez, director del sello independiente Green Revolution, me contó de la reedición que tenía en mente, y que además, por si fuera poco, incluiría el EP de 4 canciones publicado en vinilo en 1992. Ambas piezas son indispensables para la historia del rock de la región, no solo porque fueron el primer registro grabado y prensado profesionalmente en estas tierras, sino también por su impacto generacional y circulación nacional. Son el referente para Colombia del rock hecho desde el Eje Cafetero. Y no ha cambiado mucho la ecuación en plena era del Spotify y YouTube.

Portada del CD Sueños (1995).

En la década de los años 80 en Pereira se vivió plenamente el heavy y el naciente hard rock.  No hay registros de grabaciones sonoras, aunque ya existía un movimiento y un puñado de agrupaciones que tocaban sin parar donde les fuera posible; algunas de ellas con composiciones propias que alternaban con los clásicos universales que se escuchaban en la radio o en la música importada que algunos traían a la ciudad y otros tantos se encargaban de reproducir en casetes. La música iba de mano en mano, un voz a voz que permitía mantener a los fans, melómanos y músicos al tanto de lo que pasaba en el mundo, particularmente Estados Unidos, España e Inglaterra.

Afiche promocional de la gira de Barón Rojo en Colombia. 1987

Sin embargo, era una escena underground en medio de los sonidos populares, tradicionales andinos y bailables que ocupaban la mayoría de espacios, portadas y micrófonos. Esa movida hardrockera arrojó en esos años 80 nombres como: Doctor Mortis, Wizard (teloneros de Barón Rojo), Osmosis, La moneda del diablo, Etiopía, Alta Tensión (después Tránsito Libre), Demon, Oxígeno, Compacto, Primera Impresión, entre otros, algunas de esas agrupaciones fueron las primeras bandas formales como tal de John César Noreña y Germán Álvarez antes de Tránsito Libre, o por lo menos, de tener claridad hacía donde iban o que querían. El ambiente por supuesto estaba imbuido también por los conciertos de agrupaciones internacionales que habían llegado a Pereira por primera vez, los españoles Barón Rojo (1987) y los norteamericanos Quiet Riot (1989). En verdad se vivía, soñaba y tocaba en una ciudad rockera. Todos se lo creyeron así, los 90 ya se empezaban a dibujar con entusiasmo, fuerza y convicción de romper el mundo al ritmo de la batería y las guitarras distorsionadas.

La Tarde, 15 de febrero de 1991. Promoción de concierto de Tránsito Libre en la Virginia.

Podemos entender entonces a Tránsito Libre como el resumen del metal y el hard rock de una época, había algo ya en el ambiente, en lo que se escuchaba, se soñaba ser y se consumía en términos musicales. Esas agrupaciones labraron el camino, fortalecieron las bases y crearon el trampolín, abonaron terreno en colectivo para lo que se venía.  Ninguna de las bandas mencionadas con anterioridad sonó en la radio juvenil o comercial como lo hizo Tránsito Libre, por lo menos a nivel nacional y con una alta rotación. Todos nos sentíamos identificados, eran el orgullo y lo de mostrar, la versión local, y exitosa, de las grandes bandas que escuchábamos, eran como ellos y estaban cerca, los veíamos caminar por la ciudad, los podíamos escuchar y ver en directo una y otra vez; eran nuestros.

John César Noreña y Germán Álvarez “Hueso”. Concierto en el bar Melody, 2014. Foto: Jess Ar.

Yo vivía en esa época en la calle 14 con carrera segunda, a unas 2 cuadras de la casa de Germán Álvarez que a su vez era el sitio de ensayo de la agrupación. Sentados en un andén o en barra de esquina nos consumimos todo el hard rock posible, mucho llegó gracias a Germán que era una especie de dealer de cintas de VHS y casete, posteriormente de discos compactos, copiados u originales, cuando el formato se popularizó. Gracias a él pudimos conocer y escuchar agrupaciones que nos pusieron a vibrar con su sonido y estilo. Y ellos, los que escuchábamos ensayar y darle duro a la batería cuando pasábamos al frente de esa casa, eran nuestro referente inmediato. Los jóvenes del barrio, los de “esa música”, nos sentíamos orgullosos de lo que teníamos tan cerca de nosotros, al doblar la esquina.

EP de 4 canciones editado en vinilo. 1992.

Antes del EP de 4 canciones en vinilo de 1992 (Busca tu libertad, Hay que luchar, Por qué tuve que perderte y Poco tiempo por vivir) y el disco compacto Sueños de 1995 no se tiene noticia de registro alguno grabado y prensado de manera profesional en Pereira.  Lo que más se acerca es la tripleta de casetes de metal (Ritual, Belial y Attack) grabados como demos y de forma semiprofesional. Y todo sucedió tan rápido. El 21de enero de 1989 el periódico La Tarde anunciaba un concierto de Alta Tensión en la plazoleta del Prometeo con la siguiente leyenda: “Únicamente para adictos al rock en español”. En la fotografía, a un extremo John César y al otro Germán Álvarez. El 15 de febrero de 1991 de nuevo La Tarde los presentaba como: “la joven agrupación de heavy metal que se ha presentado en concierto junto a otras agrupaciones importantes como Kraken, Código y Estados Alterados de Medellín, Kronos de Cali y Las Gemas de Manizales. El grupo regional también ha conquistado el mercado del vecino departamento de Caldas con su canción Por qué tuve que perderte, éxito que sonó durante varias semanas en la emisora Veracruz de Manizales donde subió a los primeros lugares de sintonía”. Se invitaba a un concierto en La Virginia y la formación ya era casi la definitiva del vinilo y Sueños (John César Noreña; guitarra y voz líder, Germán Álvarez; bajo y coros, Héctor Fabio Sierra; batería, coros, voz líder en 4 canciones y Miguel Ángel Beltrán; teclados y coros) a excepción del baterista que era Antonio José Osorio.

Alta tensión, banda previa a Tránsito Libre. 21 de enero de 1989.

En 1992 graban en Medellín el EP en vinilo que incluía las primeras tomas de Por qué tuve que perderte y Poco tiempo por vivir y con las cuales llegaron a sonar a nivel nacional en la emisora Radioactiva gracias al proyecto y concurso Nuestro Rock, y ser incluidos en el volumen 1 del compilatorio prensado en vinilo ( con Poco tiempo por vivir) y disco compacto en 1993 (con las dos canciones) junto a otras agrupaciones como Aterciopelados, Iván y Lucía, La Derecha, Zigma, Monóxido, entre otras.  Fue el momento, el pico más alto de la época con apariciones en la televisión nacional en horario estelar y programas de alta popularidad. Año 1995, graban de nuevo en Medellín Sueños: 13 canciones de puro heavy metal, power ballad y hard rock creado en las calles de Pereira. La cosa no fue fácil, y pese a todo el reconocimiento logrado previamente, hubo hasta dineros prestados de familiares y todo tipo de problemas que resolver en el camino y el momento de la grabación.

El disco era una especie de “Lo mejor” de una generación. Una compilación de canciones de diferentes momentos, emociones, sueños y experiencias de vida y de música. Por ejemplo, las 4 canciones finales fueron compuestas y cantadas por Héctor Fabio Sierra (2 de ellas en inglés), venían de su época con Wizard que nunca grabó.  Poco Tiempo por vivir y Por qué tuve que perderte, fueron prácticamente el último coletazo del hard rock en Colombia, o por lo menos de ese que alcanzaría radio comercial y alta popularidad en el movimiento musical colombiano. De las 10 agrupaciones que hacen parte de Nuestro Rock, la única del género era Transito Libre. Estaban ahí, de pelo largo, botas y jeans ajustados al mejor estilo de Bon Jovi, representando una tendencia en medio del pop rock, la fusión, lo alternativo y lo tropical que imperaba ya en ese momento.

Sueños es un disco generacional, todos lo recuerdan, significó poner en el contexto nacional lo que se escuchaba en el barrio y la ciudad. No hay rockero posible en Pereira que no lo recuerde o no haya cantado algunas de sus canciones, y haya soñado como yo tener de nuevo en las manos el disco compacto que tantas alegrías y noches de hard rock en el andén me regaló con sus solos de guitarra penetrantes y letras llenas de nostalgia. De eso que se va y no volverá.

Portada reedición 2019

Tránsito Libre. EP en vinilo. 1992.

1 * Busca tu libertad 

2 * Hay que luchar

3 * Por qué tuve que perderte

4 * Poco tiempo por vivir

Sueños. Disco compacto. 1995.

5* Sueños

6* …y todo es amor

7* Esperando por ti

8* Tú eres todo

9* Qué intentas demostrar

10* Arco iris de cristal

11* Poco tiempo por vivir

12*Por qué tuve que perderte

13* Ganimedes (instrumental)

14* Mientras la ciudad duerme

15* Heavy ways

16* Hard days and nights

17* Hijos del metal

Formación

*John César Noreña. Guitarra y voz líder.

* Germán Álvarez. Bajo y coros

* Héctor Fabio Sierra. Batería, coros y voz líder en 14, 15,16 y 17

* Miguel Ángel Beltrán. Teclados y coros.