LOS VASOS SILBANTES

  • Cuándo: Fecha: 19 de julio de 2020

AUTOR: PlanC

Como parte de nuestro espacio #PereiraTambiénCrea, nuevamente los invitamos a conocer y degustar de lo mejor de las letras pereiranas. En esta ocasión, un poemario publicado en 2015 que nos recuerda esos versos concebidos a la antigua usanza.

“Los vasos silbantes y otros poemas es un libro con una propuesta interesante que tanto reside en el lenguaje que utiliza como en su temática. Una poesía de versos cortos a veces con un juego expresivo que toca el hermetismo y que, por la utilización de cierta métrica y cierto léxico, recuerda a León de Greiff. Esto sucede, particularmente, en la primera parte titulada “Los vasos silbantes”. En cuanto a la temática, esta gira en torno a las labores del poeta, a sus inquietudes y sus búsquedas y rememoraciones ocurridas en lugares a veces identificables de la geografía nacional. 

Escepticismo y humor airean favorablemente a los poemas. Brevedad y contundencia, nostálgica rememoración de un pasado que no es grandilocuente ni exclamativa, ni mucho menos sensiblera, sino que está cargada de una leve ironía y un lirismo acertado. 

Un libro que se enmarca en las nuevas búsquedas de la poesía colombiana actual y que tiene, de igual modo, un anclaje en la tradición que viene de la poesía de Los Nuevos y de la Generación Desencantada.”. Pablo Montoya, del prefacio. 

El libro fue presentado en la Feria del Libro de la Cámara de Comercio de Pereira, en el Café Literario Amélie y en el Taller de Poesía de Comfamiliar Risaralda. Se puede adquirir en las librerías Roma y Centro Cultural de Pereira. 

Los vasos silbantes 

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco 

Poesía 

2015

Pereira

Editorial Jirafa Enana 

Páginas: 74

Esta tarde que envejece
como una fruta vieja
lenta expira una espuma de murmullos

Sólo el ansia
imperturbable
alzará su ceño antiguo,
cansado, inagotable.

Comprás libros como un profesor,
almorzás en restaurante a diario como
si tuvieras sueldo tiempo completo;
te ponés gorra de jubilado
y dormís, vivís, bebés y fumás como
un solterón o un viudo.

Escribís como un nobel póstumo,
soñás como se sueña en la ingenua
Infancia, te reís como un cínico muy rico
que aunque acechado y consumido
tuviera una guerrilla personal,
galán de novatos,
sofista de tiempo espectacular,

que tu saber oracular
te lleve a la tumba pronto
pues no queda más que un tonto
al cual urdir y timar,

tu otro yo.

En tus ojos
puedo leer los caminos
de mis manos.

Calle 13

Era un espacio apacible entre los ruidos,
pozo sin fondo, rincón sin sombras,
y en el centro una escultura de silencios.

Allí rebotaron los cauchos de las bicicletas infantiles,
corrieron los primeros pasos de los últimos hijos
y no pocas parejas de amantes se soltaron de las
manos
para mirarse de frente.

En un amanecer intempestivo
corrió la sangre por los resquicios
de las losas gastadas, ella se mezcló con el vómito,
el horín y el ollín de la ciudad
y llegó la noche.

Nueve 

Esa librería que existía en tu recuerdo
ya no está.
El restaurante donde alguna vez cenaste
en compañía de alguien a quien mirabas a los ojos
volvió a ser un garaje.

La casa de tus abuelos
En sus bases germina la humedad
como una maldición
y las sombras de las tías
se convirtieron en cazadoras de goteras.

Voz de las aguas mansas

Cómo me pides que corra
viéndome aquí
con las venas abiertas.

Reseña

“Vamos por nuestro cuerpo como quien conduce una nave al garete en un laberinto que somos nosotros mismos. Afuera palpita el mundo, sordo y mudo hasta que una palabra, un signo, le da cuenta de quienes lo habitan: hombres, piedras, bestias.

En las grandes tradiciones, el poeta es el encargado de decir la primera palabra, de lanzar la señal para iniciar —reiniciar— el diálogo perdido entre el mundo y sus criaturas. Esa es su tarea desde el comienzo de los tiempos. Pero con bastante frecuencia, el encargado de mantener vivo ese fuego olvida que la poesía es un medio, no un fin, y se pierde en la contemplación de sus propias destrezas: Narciso asediado por los resplandores de su belleza. La poesía deviene así artificio de joyero.

Justo en ese momento el poeta sabe que es hora de lanzarse a las calles, para recuperar entre el vocinglerío la exacta dosis de silencio que le da sentido al poema. Buen cronista como es, Gustavo Acosta tiene oído de músico callejero y emprende la tarea como mandan los cánones: sin prisa pero sin pausa.

El resultado es un breve poemario de setenta y cuatro páginas titulado Los vasos silbantes, en el que, entre otras cosas, se ocupa de tres asuntos: lo frágil, lo blando y la extrañeza. Somos pájaros de cristal que aletean entre las rocas de un acantilado. De esa experiencia surge la noción de extrañeza: podemos desintegrarnos al menor descuido. 

Esa misma condición nos hace osados: si de todas maneras hemos de hacernos añicos, bien vale la pena emprender el vuelo. Por eso mismo: “Los huesos de un solitario deberían / ser enterrados en el sitio de sus angustias. / A qué agravar la maldición trasladándolo”, se lee en uno de los versos. Si asumió su condición de expatriado, es decir, de algo frágil, blando y extraño, un hombre deberá aceptar su destino hasta el final.” Gustavo Colorado Grisales.

Leer reseña completa: miblog-acido.blogspot.com/2015/11/entre-una-luna-y-la-siguiente.html 

El autor

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco (Pereira, 1974) es cronista, editor, traductor y docente. Realizó estudios de Filosofía en la Universidad de Antioquia y de Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Fue editor de contenidos de los periódicos Pulso y La Tarde de Pereira – del último posteriormente fue redactor de Especiales – , y  cofundador de la Corporación Ciudad Latente. Textos suyos han sido publicados en los tabloides La Hoja y Gente (Medellín), Ciudad Cultural (Pereira), y en las revistas Comfamiliar Risaralda, Odradek – El Cuento y Folios (Universidad de Antioquia), entre otras publicaciones. Ha publicado los libros “Fantasías, epigramas, ilusiones” (ensayo), “Antología impersonal 1994-2009” (poesía), “Crónicas, perfiles y entrevistas”“Sexta generación y otros cuentos” (2010)  “La dieta de la hiena” (2013) y “Un pacto con el diablo” (2016) en el marco del 44 Salón Nacional de Artistas (Aún), reeditado en 2018 por  El Peregrino Ediciones bajo el título “Pacto con el diablo. Los hermanos de la sombra”. Fue editor del libro “Historia de Pereira 150 años” (2013), publicado por el periódico La Tarde y la Academia Pereirana de Historia. 

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